ENTREVISTA DE IMA SANCHÍS A EDUARDO GALEANO.
Publicada en: LaVanguardia.com
Foto: Jordi Roviralta
Vivimos para trabajar, ¿qué error hemos cometido?
La economía está al servicio de la industria militar que es
el nombre artístico de la industria criminal.
¿El prójimo es el enemigo?
Sí, somos una civilización de soledades que se encuentran y
desencuentran continuamente sin reconocerse. Ese es nuestro drama, un mundo
organizado para el desvínculo, donde el otro es siempre una amenaza y nunca una
promesa.
El miedo nos domina.
Es el pretexto para que esta industria pueda prosperar,
porque necesita guerras y enemigos, y si no existen hay que inventarlos. Fíjese
en el caso de Nelson Mandela.
El mundo celebra el día que nació.
Pues ha figurado en la lista de enemigos peligrosos para la
seguridad de EE.UU. hasta el 2008. Durante 60 años el africano más prestigioso
fue un terrorista para el país dominante. ¿Cómo vamos a creer en todo lo que
nos cuentan sobre las amenazas terroristas?
¿Somos un gran rebaño de borregos?
Por todos lados aparecen símbolos asombrosos de resistencia
y de vida. Lo mejor que tiene la vida es la capacidad de sorpresa.
Sin embargo, vamos tras la seguridad.
Vivimos en un mundo inseguro, no sólo porque podemos ser
robados, asaltados... Los coches matan más que las drogas, y el aire que
respiramos y los pesticidas nos exterminan. Sólo si nos articulamos para
defendernos de un sistema que es enemigo de la naturaleza y de la gente
podremos hallar espacios de seguridad.
¿Qué nos hace libres?
Los desafíos que uno enfrenta cada día son los que te abren
una rendija para elegir entre la dignidad y la obediencia. Libre es el que es
capaz todavía de elegir la defensa de su dignidad en un mundo donde, quieras o
no, en algún momento tendrás que tomar partido entre los indignos y los
indignados.
Desde niños nos adoctrinan hasta el punto de que nos parece
normal lo anormal.
Que el presidente Obama recibiera el premio Nobel de la Paz
con un discurso de homenaje a la guerra "justa y necesaria contra el
mal" ilustra lo que usted dice.
¿Qué semilla se puede plantar para que la gente sospeche?
Hay que ver al revés las historias que los diarios nos
cuentan para poder entenderlas al derecho: Iraq invade EE.UU. porque sus
arsenales de armas de destrucción masiva son un peligro para la humanidad. Lo
que es verdad, pero este fue el pretexto de los americanos para invadir Iraq y
matar a una cantidad ingente de civiles.
¿Cómo averiguar si uno está vivo o es un muerto viviente?
Habrá que preguntarse hasta qué punto soy capaz de amar y de
elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir no, de desobedecer. Capaz de
caminar con tus propias piernas, pensar con tu propia cabeza y sentir con el
propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo que te dicen.
...
La mayoría trabaja a contracorazón y termina viviendo una
vida que no es la suya por las necesidades materiales, y eso es lo que hace que
algunos no se den cuenta de que murieron hace muchos años, la última vez que
fueron capaces de decir no.
¿Es una utopía un mundo en el que la gente haga lo que le
gusta?
Como dice el patriarca del cine argentino, Fernando Birri,
la utopía sirve para caminar. A mí me gusta mucho ver el universo por el ojo de
la cerradura.
¿Desde lo pequeño?
Sí, para no confundir la grandeza con lo grandote, una de
las confusiones del mundo actual. La grandeza no está en los hechos
espectaculares, está en la vida cotidiana.
Hay que endulzarla.
En el manicomio general, los franceses dictaron una ley que
era un acto de cordura: ya que tenemos máquinas capaces, tengamos 35 horas de
trabajo semanal, pero duró 10 años. ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que
producir angustia y desempleo?
El 99% de las especies del planeta no viven para trabajar, y
no les va tan mal.
Nosotros nos hemos especializado en ser instrumentos de
nuestros instrumentos, y somos los únicos capaces de destinar nuestros mejores
recursos al exterminio loco. Cada minuto el mundo destina tres millones de
dólares a gastos militares y mueren 15 niños de enfermedades curables. ¿Qué
clase de especie es esta que dice ser la racional?
¿Qué faceta humana nos destruye?
El conformismo, la aceptación de la realidad como un destino
y no como un desafío que nos invita al cambio, a resistir, a rebelarnos, a
imaginar en lugar de vivir el futuro como una penitencia inevitable.
Y eso hay que hacerlo en compañía.
Sí, en solidaridad, que es un sentimiento horizontal. La
caridad es vertical y no me gusta. Hay un viejo proverbio africano que dice que
el que da está siempre por encima de la mano que recibe. De hecho, nuestros
antepasados sobrevivieron porque supieron repartir la comida y defenderse
juntos.
Pese a ello, somos tan destructivos...
Me imagino un juicio universal a la condición humana de las
plantas y los animales, apuntándonos con sus patitas y con sus ramitas y
preguntándonos: ¿qué han hecho del mundo?, ¿por qué nos mataron? Qué terrible
confusión creernos dueños de la naturaleza.