miércoles, 8 de mayo de 2019

Nace Gertrudis. El mismo día en que Evita cumplió 100 años


Empezamos a ensayar Gertrudis en julio del año pasado. Con Santiago Doria empezamos a encontrarnos para leer el texto, para analizarlo, descifrarlo, desentrañarlo.
Después se fueron sumando amorosas voluntades y fuimos generándole un tibio útero a esa Gertrudis que prometía ser diferente a otras. Ni mejor ni peor. Diferente. Fuimos fundando las bases de su vida futura. Alrededor de fin de año, un poco antes de las Fiestas, ya habíamos comenzado a buscar lugares, horarios, formas para su alumbramiento… El sitio donde nacerá dentro de unas horas, se fue imponiendo como el indicado. Pero ese lugar tenía muchos compromisos previos y quedamos anhelantes de que algún horario nos fuera concedido para que el nacimiento fuera allí. Nos confirmaron un día que no era el que anhelábamos. A qué negarlo… cuando me dijeron que sería un martes, no me gustó. Pero casi de inmediato supe que la fecha de su parición sería el 7 de  mayo. El día en que nuestra Amada Evita hubiera cumplido 100 años. Eso me motivó al instante y acepté contenta el desafío. Después de tanta búsqueda, de tanta espera, de tanta expectativa, que surgiera esa fecha se me impuso como una “señal”.

Nuestra Gertrudis nace el mismo día que Evita. Nuestra Gertrudis nace cuando Evita cumple 100 años. Y digo cumple porque está a la vista que sigue cumpliendo y que cumplirá por siempre.
A horas de nacer, nuestra Gertrudis ya presenta dolores de parto, pero viene bendecida por demás. Fue concebida por un padre maravilloso: Fernando Musante, que la gestó especialmente para esta madre que la haya gestado durante nueve meses… me da por sentir que es la hija que este matrimonio maduro ha podido originar.  Tiene un Padrino de Oro: Santiago Doria. No me cabe en el pecho la felicidad de haber sido conducida por su buen gusto, su adorable criterio, su maravilloso trato, su inmenso talento. Una madrina que es la mejor que puede tener: Graciela Ramirez. Su amor, su paciencia, su compañía constante, han sido parte fundamental de lo feliz de este recorrido.
El ajuar se lo preparó Alejandro Mateo en ropas, ropitas, detalles, cuna en módulos y una dedicación entrañable.
La acuna la música deliciosa de Santiago Rosso, un artista talentoso y entusiasta.
La peina Miriam Manelli y la pone bonita la Cholu Cholu Dimola.
Su niñera, que se ocupa de que todo esté bien a su alrededor, es Silvina Macri.
Los souvenirs son responsabilidad de Pablo Hulgich, el mejor diseñador gráfico que se puede tener.
¿Qué más puede pedir esta madre que dará a luz en unas horas? Nada… Sólo cantar una larga y profunda OOOOOOOOOOOOOOOOO para que la niña nazca serena bajo este rayo de luz que la ilumina. Esa OOOOOOO aprendida en el Estudio de Eutonía de la siempre generosa Frida Kaplan, madraza mía, que solidaria como siempre nos albergó para que cada ensayo sea una ceremonia.
Aquí voy… Nerviosa y agradecida. Feliz y agradecida. Asustada y agradecida. Expectante de que esa “señal” sea realidad: que nos proteja nuestra Santa Evita.
(Y un gracias enorme a todas y todos quienes nos han ayudado en diferentes cuestiones. Y a quienes nos han ayudado a difundir y nos han deseado bellas cosas.)
STELLA MATUTE / 7 de mayo, 2019