domingo, 30 de diciembre de 2018

MUCHO


MUCHO.
El almanaque desgrana las últimas horas de un año que agoniza.
Último domingo dieciocho.
Va llegando, porfiadamente esperanzado, el último año de la segunda década del siglo, del milenio.
Sí, como quien no quiere la cosa ya nos pasaron casi dos décadas del esperado veintiuno que prometía y amenazaba en aquellas primeras horas del 2000.
Prometía y amenazaba.
Y hubo horrores, hubo tiempo promisorio y volvió el horror de la mano de la desmemoria.
Imposible no renovar esperanzas en finales y comienzos. Difícil no subirse a la ilusión.
Respiro hondo y me trepo.
Vamos a necesitar mucha fuerza y por eso es necesario que al despedir e inaugurar el calendario deseemos mucho.

Mucho. Con deseos antiguos y nuevos. Mucho.

Que la calle no nos enloquezca más de lo que ya estamos.
Que haya más mesas que muros. Más abrazos que megustas. Más miradas que posteos.
Que en colectivos y subtes vuelva la costumbre de leer un libro. Y que podamos sentarnos.
Que miremos a los ojos al que nos pide, aun para decirle que no. Pero si es posible, que le demos una ayuda.

Mucho. Deseemos mucho.

Que todo niño tengan sus juguetes. Todos y cada uno.
Que los cielos bien celestes cuesten menos.
Que dios ayude al que madrugue y al que no.
Que el que siempre sale en el medio de la foto se corra un poquito.
Que el mediocre se entere y el talentoso despegue.
Que los verdaderos culpables alguna vez paguen sus cuitas. Y conozcamos sus nombres y sus caras.

Mucho. Deseemos mucho.

Que recuperen su libertad los inocentes.
Que la Justicia sea justa.
Que pongan música en los parques y las plazas.
Que los diarios, los noticieros, los periodistas, digan la verdad.
Que haya más comida en las mesas que falta y menos en las que sobra.

Mucho. Deseemos mucho.

Que detengan las guerras, las amenazas, la violencia.
Que no haga falta el #niunamenos porque estamos todas.
Que los violadores paguen su culpa. Y los acosadores dejen de acosar.
Que la sororidad sea más que un pacto. Sea una forma de vida.
Que la fraternidad también.
Que no confundamos al enemigo porque el enemigo no nos confunde.
Que no olvidemos la memoria ni olvidemos que a veces es necesario olvidar algunas cosas.

Mucho. Deseemos mucho.

Que la policía no reprima. Que los chorros no nos maten. Y la policía tampoco.
Que la inclusión incluya. Que no se cierren escuelas.
Que la Educación sea prioritaria.
Que la tortilla se vuelva.
Que seamos un poco inteligentes, un poco bobos, un poco cursis. Pero siempre bienintencionados.
Que podamos equivocarnos sin que nadie nos condene.
Que a los que vetan leyes los enfrenten los justos. Y los justos ganen.

Mucho. Deseemos mucho.

Que sonriamos 2019 veces.
Que demos rienda suelta a nuestros sueños.
Que el amor nos asista.
Que dejen de saquear a los jubilados.
Que las fuentes de trabajo recuperadas sigan recuperadas.
Que no haya despedidos ni desocupados.
Que un error no valga más que mil aciertos.

Mucho. Deseemos mucho.

Que sea más fácil perdonarnos los errores.
Que podamos escucharnos sin tanta interferencia.
Que la Cultura no se recorte. Que la Salud vuelva a ser un derecho.
Que todos sepamos exactamente quiénes somos.
Que lleguemos a fin de año con más ganas y menos penas.
Que haya igualdad de derechos.

Mucho. Deseemos mucho.

Que seamos muchos y unidos los que deseamos mucho para que los muchos que nos roban mucho sean cada vez menos.
Que podamos construir/nos la Devolución de la Alegría.
Que haya 2019.
¡Allá vamos!
Y sí.
Que la tortilla se vuelva.
Que vuelva el tiempo promisorio
Que volvamos a ser felices.
Que sepamos que la felicidad se construye. No es magia.
(Stella Matute - 30/12/18)

miércoles, 26 de diciembre de 2018

NocheBueNavidad 2018

Cuesta... este año cuesta ponerle palabras a la cosa.
A mi me cuesta. Desde hace días que lo intento y me cuesta. Son demasiados frentes. Una le pone garra, pero son demasiados frentes. Y levantamos pañuelos verdes y blancos y naranjas y rojos y violetas. Y aprendemos y desaprendemos y hablamos incluyendo pero a veces no incluimos un carajo. Y hablamos del otro pero cuando llega el momento el otro se convierte en un yo a la enésima potencia...
Cuesta... es difícil.... pero es necesario.
Entonces hay que respirar hondo y ponerle palabras a este día, en que celebramos el nacimiento de un revolucionario que como todos los verdaderos revolucionarios fue asesinado.
Es necesario porque a pesar de los pesares y gracias al cantar de los cantares, desde días antes nos deseamos "felicidades" con parientes, amigas, amigos, desconocidas y desconocidos.
Porque en estos días nos duele más la injusticia.
Porque pensamos en quienes menos tienen y en cómo ayudarles.
Porque honramos más a nuestros muertos. Los propios y los de todas y todos.
Porque nos ocupamos de pensar en regalos para los que queremos y luego comprarlos y envolverlos. Y si no hay regalos hay canciones, hay abrazos más apretados, hay palabras de disculpas.
Porque recordamos a los que no están y disfrutamos a los que sí.
Porque una propuesta de "vení a pasarla con nosotros" te tatúa una sonrisa en el alma.
Porque sí podemos cocinamos cosas ricas y compramos ricas bebidas. Y si no podemos inventamos la manera.
Porque si hay niños hay alegría extra. Y también tristeza extra.
Porque aun cuando todo está mal nos damos un espacio para la alegría, el encuentro, el abrazo, el brindis.
Porque aceptamos aún con lágrimas la familia que nos tocó y le ponemos galas a la que podemos construir.
Porque pedir perdón por los errores se manifiesta más rápidamente.
Porque renovamos la esperanza de un futuro mejor.
Porque ponemos lo mejor de nosotros para que lo bueno suceda.
Ojalá no haya más revolucionarios asesinados. Ojalá haya trabajo, comida y justicia. Ojalá haya Navidades sin presos políticos. Ojalá no haya más Lucias empaladas. Ojalá no haya más Thelmas violadas ni niñas abusadas. Ojalá cada cual pueda elegir libremente su sexualidad sin andar dando explicaciones. Ojalá el aborto sea legal, seguro y gratuito. ojalá nazcan nuevos Bayer y nuevos Jaimes. Ojalá las enfermedades se sanen y las saludes se fortalezcan.
Ojalá haya 2019.
Ojalá seamos capaces de construir/nos la Devolución de la Alegría.
¡Feliz NocheBueNavidad!

(Pude ponerle palabras. Alivia, como siempre)
Stella Matute, 24/12/18

lunes, 10 de diciembre de 2018

Reflexión

Entre un recién y un ya 
habita el para siempre.

(chau Hernán Pairetti, gracias por todo)

lunes, 26 de noviembre de 2018

Francisco y Emiliano renuevan sus votos. Y ES FELICIDAD

 Ellos reaccionan y se beben la posibilidad de volar al sitio que les pertenece. A habitar el lugar que merecen y de allí comenzar de nuevo para sostener lo que ya es desde el comienzo de un tiempo feliz. Qué distintos han de ser los días, sus ojos, sus sonrisas. Y qué idénticos. Que renovada será la fiesta de lo cotidiano. Cuántos colores tendrán sus días grises y qué multiplicadas serán, son, las alegrías. La confianza inunda sus manos y se inundan entre sí fundidos en un amor de mil formas.

Todo será distinto y tan igual a Ustedes queridos míos.
La fuerza de soñar los asiste. Y la fuerza de concretar los sueños los sostiene.


Francisco Pesqueira, Emiliano Samar: los amo. 


¡¡¡Todo lo bueno los contiene!!! ¡¡¡Felicidades!!!





jueves, 4 de octubre de 2018

Despedidas en Setiembre

DESPEDIDA DE "BÁJAME LA LÁMPARA -concierto de palabras-"
Llovía también aquel sábado 9 de setiembre cuando todo era incertidumbre y futuro. Llovía. Mucho. Así como llueve cuando el tiempo parece haber enloquecido. Como llueve cuando el tiempo parece bendecir y maldecir al mismo tiempo. Llovía y amenazaba diluvio. Y fue diluvio de alegría, de abrazos, de aplausos, de presencia divina.
Llueve hoy, como aquel día. Pero hoy la lluvia tiene sabor a lágrimas y olor a despedida. Hoy la lluvia suena a recuerdos, acerca nostalgias.
"Bájame la lámpara -concierto de palabras-" se termina. Finaliza su segunda temporada. Concluye su año de albricias.
Miro por la ventana. El cielo muestra trocitos de azul entre los nubarrones negros. Me aferro a esa esperanza. Pero en tiempos oscuros el futuro siempre es incierto.
Hoy cerramos nuestra trinchera poética de resistencia. Habrá que vestirse de fajina y salir a lucharla para construir una nueva. Habrá que cerrarla con siete llaves doradas y atesorarla en el baúl de lo necesario para volver a abrirla cuando soplen mejores vientos, cuando las lluvias prometan buena cosecha de ensueños.
Estoy triste. A qué negarlo. Me cuesta esta incertidumbre.
Ha sido este un año inolvidable. De setiembre a setiembre. Puras primaveras regadas en poesía, canto, teatro. Puro achuchón con las poetas que nos asistieron cada sábado. Pura celebración del encuentro. Pura elevación de almas.
Un rescate que me tejió una hamaca de lado a lado del arcoiris en la que me recosté y me acuné -me acunaron- para viajar por el cielo blanco, por el blanco mar, de los ensueños.
Nada más que agradecimiento. Y un poco de esperanza.
Agradecimiento al amigohermano que me dijo "dame la mano" y me entregó, una vez más, la divinidad de su entrega. Gracias Francisco Pesqueira. Al mago que con su varita hilvanó le trama que nos sostuvo. Gracias Emiliano Samar. Al hacedor del cielomar de la blancura. Gracias Carlos Di Pasquo. Al que nos despegó de la tierra iluminándonos. Gracias Carlo Argento. A quien nos vistió de gala para la fiesta. Gracias Sandra Ligabue. A quien nos cuidó en cada función con su alma maternal.Gracias Mabel Rosati. A quien entre semana nos construía amorosamente el próximo encuentro. Gracias Andrea Widerker. A quien nos inmortalizó en imágenes. Gracias Fernando Musante. A quien nos embelleció con flores y nos bendijo con Té. Gracias Marta Graciela Gallo. A quien nos ayudó cuando lo necesitamos. Gracias Graciela Ramirez, gracias Clara Argüello, gracias Analía Schiavino, gracias Mónica Rosati. Y tantas y tantos mas que estuvieron pendientes de que fuéramos felices. Gracias a la casa que nos abrió la puerta, el amado y mítico Teatro IFT. Y en él a sus hacedores: Oscar, Mingo, Esteban, y el patriarca Miguel Rottenberg. Gracias a las más de 2000 personas que se sentaron en la platea y viajaron con nosotras. G R A C I A S.
Y gracias gracias gracias infinitas y totales a mis queridas compañeras de esta aventura poéticamusicalteatral. Gracias Lidia Catalano y a tu Carmen maternal; Miriam Martino y a tu Ana festiva. Gracias Mirta Alvarez por tu guitarra, tu voz, tu cuidado. Cada viaje hacia Alfonsina, Idea y Alejandra ha sido tan único como entrañable. Tan mágico como recóndito y deslumbrante. Y en cada puerto estuvieron Ellas para recibirnos. G R A C I A S.
Con la esperanza de que esta lluvia de hoy -tan parecida a aquella de nuestro estreno- traiga vientos de esperanza hacia un nuevo diluvio de alegría, de abrazos, de aplausos, de presencia divina, les digo a cada una y cada uno de ustedes, como cada sábado: "buenas noches, Señoras, (y aquí agrego Señores) ha sido un placer caminar con ustedes por las hojas de este libro abandonado".
Les amo por siempre.
29 de setiembre de 2018

DESPEDIDA DE "DESPEDIDA EN PARÍS"
Eleonora llegó a mí el 19 de enero de este año. Casi como un anuncio de este 2015 de concreciones, ese regalazo de cumpleaños me convocaba al máximo alborozo de la alegría.
"No interpreté a Julieta. Me encontré con Julieta" dice la intensa Eleonora en esa onírica estación de trenes parisina.
"No interpreté a Eleonora. Me encontré con Eleonora" , puedo afirmar yo hoy, en este momento, después de haberla despedido.
Eleonora Duse asistió a cada cita en estos meses de bucearla. Me prestó sus ironías, me vibró en sus emociones, enguantó su piel en mi humanidad, habló a través mío, lloró con mis lagrimas, me agitó con sus desgarros, me embriagó con su alegría.
El 19 de enero es mi cumpleaños y Eleonora llegó ese día. Y con la intensidad y los dolores de un nacimiento, parí a Eleonora y ella me parió uniendo siglos, tiempos y edades.
Hacía mucho tiempo que no me costaba tanto despedir a un personaje. Esta sensación de desgarro actoral que me atraviesa. Esta despedida que me atormenta.
Eleonora me acuna desde ese tren que la trajo a la vida. Desde esa soledad que le arrebató el aliento. Eleonora me entiende el dolor del zarpazo brutal que puede darte la prematura muerte en el centro del útero, me advierte que mi actriz me protege de los dolores de mundo, me aclara que no es fácil, me delimita lo agrio.
Doy gracias al Teatro por haberla puesto en mi camino, por haberme convocado a su estatura. Ella ya es parte definitiva de mi adn actoral.
(Extraordinaria foto de Matias Astorga -Fotografías - GRACIAS MATÍAS)
28 de setiembre de 2015


DESPEDIDA DE "FRAGMENTOS DE UN PIANISTA VIOLENTO"
Allá iremos... A la últma...
Imposible no hacer un balance, un recorrido por el camino transitado en estos nueve meses. Nueve meses... Una gestación, un parto.
Ensayé "Fragmentos de un pianista violento" en el comienzo del dolor más profundo. Un dolor de parto. Parto del que voy naciendo todavía...
Hoy me pregunto cómo lo hice. Cómo pude. Cómo me animé.
Pero fuimos y parimos y estrenamos y recorrimos. No hubiera podido sin tanto apoyo como el que recibí de mis compañeros. Y de mi compañero. Gracias Fernando Alegre Alicia Naya Martín Althaparro . Y un gracias así de grande a Fernando Musante . Sin la contención y el aliento de cada uno de ellos no hubiera podido.
Y qué suerte que pude. Desde las entrañas mismas del dolor encaré cada ensayo. Desde el núcleo de la ira, surgió esa violencia prestada al pianista.
Sanador proyecto. En tantos sentidos. Intenso. De un compromiso diferente... Compromiso personal, compromiso social. Porque abordar el odio y la violencia hacia las mujeres ha implicado mi compromiso no sólo con el arte teatral sino también con nosotras, justamente, las mujeres, y con la sociedad en su conjunto.
Voy naciendo. Y Fragmentos de un pianista violento es parte de ese útero donde se va gestando esta nueva Stella, un poco más sola en esta soledad nuclear de la existencia y también más acompañada.
“Fragmentos…” termina hoy un ciclo para nacer en otro (valgan las redundancias).
Seguirá su militancia imprescindible para visibilizar una tragedia que la mayoría de la sociedad se empeña en minimizar, en negar, a pesar de que nos lleva puestxs una vez por día, como mínimo.
Y yo seguiré con “Fragmentos…”, sin dudas (valga lo simbólico de la frase).
Pero hoy termina un ciclo. Y es imposible no mirar hacia atrás y repasar estos nueve meses. Tan extremos. Tan “de parto”.
Gracias a los que vinieron, a los que difundieron, a los que opinaron, a los que apoyaron, a los que nos premiaron, a los que coordinaron. Y también gracias a los indiferentes, porque nos afirmaron en el camino correcto.
Por las mujeres golpeadas. Por las violentadas. Por las desvalorizadas. Por las violadas. Por las asesinadas. Por ellas. Para ellas. Nuestro trabajo y nuestra militancia. 50 funciones. 50 debates. 9 meses. Ojalá hayan servido y sirvan para algo. Porque ahí pusimos lo mejor de nosotrxs.
Hoy, 28 de setiembre de 2013. Última función de “Fragmentos de un pianista violento” en el Centro Cultural Caras y Caretas. A las 21.
28 de setiembre de 2013

lunes, 24 de septiembre de 2018

Delia y Victor Hugo Morales

Derretida en lágrimas...
Le mandé el poema el día que le allanaron la casa y se llevaron un cuadro... se lo mandé a modo de consuelo.
Lo leyó hoy. Y el consuelo se dio vuelta...
Victor Hugo Morales, el amado Victor Hugo, abrió el programa de hoy diciendo el "Como hoy" de María Delia... Derretida en lágrimas estoy... acunada en mimo...
"Como hoy" es un poema que Delia me escribió en 1988 cuando la esperanza parecía haberme abandonado. Y me rescató... como me rescató siempre. Como me rescata hoy escuchando a Victor Hugo hacer público su texto.
Mas de lo que pudiera haber fantaseado...
Gracias.... gracias... gracias.

https://radiocut.fm/audiocut/como-hoy-poema-de-maria-delia-matute-leido-por-victor-hugo-morales/



martes, 18 de septiembre de 2018

Un nuevo 18 de setiembre



18 de setiembre de hace ya tanto tiempo. Tantos años, décadas, siglos y milenios. Y ayer nomas.
Desde aquellos mendocinos 15 años en que perdí a mi padre ha pasado "muchaguabajoelpuente"... Desde la ignoracia del dolor adolescente al desgarro de comprensión de la adulta que intento ser. Desde el silencio al alarido. Desde el absurdo paso del tiempo hasta el calor de su callosa mano sobre la mía en un dulce sueño de madrugada...
A veces recuerdo su voz.
Otras, su olor. A gomina y tabaco. A laburo y perfume.
Me sobran ausencias ahora para recordar anécdotas.
Me faltan rincones donde desplegar recuerdos.
Lo extraño.
Como hace ya tantos años. Es increíble pero lo sigo extrañando. A veces, muy pocas, me visita en sueños. Como aquel 18 de setiembre en que lo soñé en el exacto momento en que se moría.
Desde aquel día en que bajando del micro en Constitución, en el que llegué de mi San Rafael natal, Delia me decía, con sus manos en mi cara: "Sí... el papi está bien... él ya está bien..."
Y hace ya tantos años... tantos...
Y fue ayer. Y hace un siglo. Y un instante.
La absurda lógica del tiempo... que es mentira que consuela... sólo acomoda un poco. Y por un rato.
Papá. Mi papá. El papi, al decir de mi infancia mendocina.
Y su ausencia sumada a las ausencias.
¿Será eso la adultez? ¿Será ir sumando ausencias?
Y un dolor que no termina. Y comienza en cada dolor que se va sumando.
Terror del tanto tiempo que vendrá sumando ausencias que se suman al tanto tiempo que pasó.
Pero aquí estamos.
18 de setiembre. De hace ya tanto tiempo... Recuerdo todo en cruda cronología del dolor. Cada detalle, cada momento. Sólo que ahora no tengo con quién recordarlo.

Ella, la única. La banco


La foto no es buena. Ella me mataría si supiera que la publico. Pero la estoy besando y ella esboza un beso. Y sé que le estoy diciendo un GRACIAS que da dos vueltas al Universo. El mismo que le digo ahora y le diré mañana y le diré cada día que me quede de vida. Por los mejores doce años de mi historia social y política. Por hacerme creer que es posible. Por ayudarme a pensar en nosotros como nosotros.
Hoy (ayer porque ya es ayer) trabajé todo el Día metida en un teatro. A full. Sin radio ni tele, ni internet. Me enteré a última hora y de costadito lo que estaba pasando. Mañana (porque ya es mañana) me informaré bien. Pero no necesito ninguna información para saber que la banco con el cuore en la punta del alma.

Je suis

Soy una maestra que vuela por los aires al intentar encender una estufa para abrigar niñas y niños.
Soy un auxiliar que vuela por los aires al intentar encender una estufa para abrigar niñas y niños.
Soy una maestra secuestrada y torturada por cocinar una olla popular para dar de comer a niñas y niños.
Soy una trabajadora despedida
Soy una familia sin techo que intenta abrigarse bajo un alero
Soy una niña pequeña tironeada de un brazo por un mozo intentando que no pida su limosna.
Soy un señor que se desmaya de hambre en un bar pidiendo un vaso de agua.
Soy un adolescente rogándome que lo escuche porque no tiene Plata para volver a su casa.
Soy ese Niño de mirada triste recibiendo una taza de mate cocido en un merendero.
Soy esa madre esperando 7 horas en el hospital para que atiendan a su hijo.
Soy ese jubilado pegándose un tiro en una oficina pública.
Soy esa jubilada que debe pagar más de luz que lo que recibe de jubilación.soy un teatro que cierra porque no puede sostenerse.
Soy un Ministerio que se reduce a Secretaría.
Soy una médica despedida.
Soy el Teatro Alvear vaciado e incendiado.
Soy ese bar que ya no abrirá sus puertas.
Soy la escuela pública en peligro
Soy la universidad pública en peligro
Soy ese trabajador muerto de un infarto por no soportar tanto atropello.
Soy ese científico que ya no investiga.
Soy los trabajadores de Telam que no reciben su sueldo.
Soy ese artista callejero que llevan preso por ofrecer su arte.
Soy ese artesano asesinado en persecución.
Soy ese mapuche baleado por la espalda.
Soy las Madres y las Abuelas otra vez atropelladas por un Estado que las niega.
Soy todo el que sufre por perder derechos
Soy víctima de un gobierno que asfixia
Soy un país que llora
Soy una Patria que agoniza
Soy el dolor de un 49% soportando estos 1018 días de horror.

lunes, 13 de agosto de 2018

un siempre más

"-¿Existe el para siempre? -te pregunté.
-Lo único que existe es el para siempre -me respondiste."
(Susana Tammaro)

Siempre.


Un ratito

Ya son otros llantos pero iguales
Otras pieles otros ojos casi otro corazón
Pero iguales
Dolor sin tiempo
Ausencia presente
Presencia ausente
Los recuerdos amenazan empujan se imponen
Un derrumbe de perfumes de infancia
Empolvarea el aire
Un ratito.
Permuto un cielo por un ratito.

Agosto a pleno

Déjame jugar que soy chiquita
Te pido te ruego te suplico
Quiero romper la rama el negro el candelabro
Estoy jugando te digo
Esconderme del miedo y contar hasta mil
Hasta dos mil hasta doscientos
Esconder la mano debajo de la almohada
Y que la suya me libre de pesadillas
Vómitos de sueños rotos
Que se estrellan en el áspero colchón
De la lucha cotidiana.
Ser o no ser. Esa no es la cuestión
Es, solo, que no te lastimen.

sábado, 11 de agosto de 2018

Sábado nublado


Hago añicos los muros, los sostenes, las piedras.
Tótems que sostienen la nada, que provocan el vacío, que batallan con lo absurdo.
Hay tanto llanto que el corazón se vuelve río, el alma, lago.
Dejo de convocar a la muerte para auyentar el castigo.
Invoco nuevas palabras.
Que se pronuncie el viento en el núcleo inaugural.
Que renazca.
Hay dolores que paren arcoíris.

lunes, 6 de agosto de 2018

BASTA DE HIPOCRESÍA #QUESEALEY



SALA DE ESPERA DE CONSULTORIO MÉDICO:
Una mina se sienta frente a mí en un lugar tan minúsculo que casi hace que nos rocemos las rodillas. Me mira indignada y resopla. Yo me hago la boluda, sé que está mirando mi pañuelo verde anudado en la cartera.
ELLA: (que finalmente no aguanta más. Señalando el pañuelo me dice) ¿así que estás a favor del aborto?
YO: ¿cómo? Perdón... no entiendo
ELLA: Que estás a favor del aborto, ¿no te da vergüenza?
YO: ¿yo? de ninguna manera... ¿cómo voy a estar a favor del aborto? ¿por qué me decís semejante cosa?El aborto es una de las peores experiencias por la que puede pasar una mujer.
ELLA: (entre indignada y turbada) bueno... llevás colgado el pañuelo ese
YO: ¡AH! sí, claro... porque estoy a favor de la legalización del aborto. Estoy a favor de que las pobres mujeres que tienen que pasar por esa experiencia espantosa puedan hacerlo contenidas, legal y gratuitamente.
ELLA: bueno... hay que intentar que se salven las ...
YO: (no la dejo terminar) No me hables de las vos vidas. No existen dos vidas si no hay deseo de ser madre y si viniste a esta vida sin ser deseada o deseado... por favor... no repitas pavadas y revisá tus pensamientos antes de andar acusando gratuitamente.
ELLA ¡¡¡¿¿¿a quién acusé yo???!!!
YO: ¡a mí! de estar a favor del aborto. El aborto es una de las experiencias más espantosas que he pasado en mi vida. No se la recomiendo a nadie. Nadie, NADIE, está a favor del aborto. Estamos a favor de la LEGALIZACIÓN DEL ABORTO y de la autodeterminación femenina. Abortar es espantoso.
ELLA: ¡bien que lo sé!
SILENCIO... SILENCIO.
Los demás miraban al piso.
Se abre la puerta del consultorio y la médica dice: "Matute, adelante"
Me paro y camino hacia el consultorio rozándole las piernas con mi pañuelo verde.
(todo, obvio, palabra más, palabra menos)
#quesealey

domingo, 5 de agosto de 2018

5 de agosto en domingo



Es domingo aquel domingo
Domingo 5
Era domingo de agosto
Es agosto y es domingo
Cinco
Recién ahora y hace siglos
Tan domingo 5 de agosto aquel domingo
Hoy
domingo
5 de agosto
Hace aquel frío que hacía. Un frìo que dejaba en lágrimas los lagrimales. Un frío que agrietaba el porvenir.
Aquel domingo. Este domingo. Qué importa cuánto tiempo si fue recién y fue hace dosmilcientonoventa días. Si fue recién y para siempre. Era más o menos esta hora. Hace un rato. Hablamos largo por teléfono. Las dos habíamos tenido intenciones de visitarnos ese domingo pero el frío. El frío. Hablamos del frío y de la lluvia de esos días y de las ganas y de la fiaca y del hacer y del no hacer. Reímos un poco, también. Puteamos al canalla de lanata que por esos días había enaltecido al amado Víctor Hugo con una de sus canalladas. Un escrache como si escrachar a un Grande fuera tan fácil. Madres, Abuelas, Compañeras y Compañeros iban a desagraviarlo al rato en un programa de la tele. A Víctor Hugo, mas vale. Hablamos de él. Dijimos que lo amábamos, que lo admirábamos, que no se merecía lo que le estaban haciendo que lanata era un hijodeputa sin remedio que ya la iba a pagar y esas cosas. Nos prometimos vernos el lunes. O el martes. Esta semana seguro. Bueno... veamos el programa y hablemos luego pero si no hablamos mañana arreglamos qué día de la semana nos encontramos sí dale sin falta.
Cena. Víctor Hugo. Madres, Abuelas... primer tanda. Voy a la cocina. Suena el celular. "Delia", me dije. Y no. No era ella pero sí era ella para siempre. Su hija. Qué raro a esta hora qué pasa Marin qué estás diciendo estás loca esta chica enloqueció no puede ser.
Caigo. Al piso. Literalmente caigo. Mi alma suelta un alarido mudo. Sentada en el piso supe. Supe.
Desaparecieron victor hugo y lanata y la tele y la mesa y la cena y la casa
Todo fue ella y esa noticia demencial que me enloquecía los sentidos
Igual me esperancé porque la esperanza es involuntaria.
No te mueras.
Fue una orden.
Todavìa tenía su camperita celeste puesta y un olor a pucho imbancable.
No te mueras.
Dos horas a lo sumo dijeron los soberbios.
Mentira pensé qué saben ellos de su fuerza de nuestras promesas de nuestro encuentro inevitable.
Mentira pensé y volví a decirle en el oído por favor no te mueras yo no sé vivir sin vos.
Una semana y un día me nos dio para que fuera fuéramos preparándome preparándonos
Recién. Hace un siglo. Un milenio. Siempre y para siempre.
Este domingo 5 aquel domingo de agosto.
Y aquí estamos estoy sabiendo lo que supe recién y no acepto nunca. Lo que irá sucediendo esta semana de aquel año que termina en el 13 más 13 de los 13.
No sé vivir sin vos. Vivo, no me queda otra. Pero es como ir sin timón detrás de las brújulas a las que me aferro.
Te extraño.
Hermana.

lunes, 16 de julio de 2018

Reflexión

La ausencia es una presencia permanente...

(con esa frase y con esa ausencia en permanente presencia me desperté hoy)

jueves, 12 de julio de 2018

29 años naciendo


Hace 29 años el 12 de julio se convertía en Lautaro para siempre.

Ese 12 de julio el hombre que me dio vida llegaba a esta vida con su mochila de ternuras, con el brillo de su alma, con su carromato de talentos, con su bolsón infinito de paciencias, con su valija de enseñanzas, con su luminosa carga de notas musicales.

Y ahí me subí yo, a ese equipaje que le dio sentido a mi camino y se adueñó de todos mis orgullos. 

Aquel 12 de julio nací a ser madre. Aquel 12 de julio me parieron a la Vida más auténtica, a la Vida más maestra, a la Vida más resplandeciente.

Eran las 11.34 cuando su primer minúsculo alarido me llevó sin escalas al núcleo de la dulzura, al epicentro del amor, a la fuente luminosa de lo eterno.

Cada año es un viaje de recuerdos, de imágenes, de rostros, de luces. Cada año revivo ese alumbramiento con el mismo asombro de aquel día, con la misma desmesurada emoción.

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HIJO!!! ¡GRACIAS INFINITAS! ¡Y ETERNAS!

jueves, 19 de abril de 2018

Entre el nunca más y el para siempre


Su mano en mi nuca.
Qué difícil conjugar esa demencial relación entre el nunca más y el para siempre.
Gramática de la despedida imposible y eterna.

lunes, 2 de abril de 2018

Mi insomnio y el 2 de abril

I.
Mis primeras imágenes del 2 de abril de 1982 fueron un tanto confusas… Era pasado el mediodía y salía yo de una intoxicación que me había tenido semi inconsciente por más de 48 hs. Los gases lacrimógenos aspirados el 30 de marzo (apenas dos días antes) en Plaza de Mayo sumados a un clericó con fruta aparentemente en mal estado habían hecho una combinación explosiva en mi anémico estado físico de ese momento… Estuve literalmente entre inconsciente y dormida durante más de 48 horas con médicos visitándome periódicamente. Mis últimas imágenes claras eran a la Federal (vergüenza nacional) tirándonos gases a desmanes, a la montada cagándonos a palos, a Delia y a mí rogándole a un mozo de un bar de Avenida de Mayo que nos dejara entrar y un vaso de helado vino blanco con frutas que me tomé allí gracias al exceso de generosidad y valentía (aquellos tiempos se medían en valentía) de ese trabajador gastronómico que resultó ser un militante sobreviviente de las garras de la dictadura, y que ganó en poco rato la carísima confianza de mi hermana. Luego, vómitos, fiebre y nada más hasta ese mediodía en que empecé a despertar. Delia estaba al lado mío en la habitación de mis sobrinas, yo estaba en la cama de la mayor porque era un lugar más cómodo para recibir a los médicos (de todo esto me enteré después). Había un televisor a los pies de la camita y Delia tenía los ojos colgados de él.
“¿Cómo te sentís?”, me preguntó con evidente preocupación. “Mas o menos”, contesté, “me duele todo”. Y mirando la pantallita blanca y negra pregunté ingenua: “¿Qué? ¿siguen pegando? ¿Todavía hay tanta gente en la Plaza?”
“No, mi amor. Pasaron más de dos días. Esa es otra gente y está vivando al hijo de puta de Galtieri que acaba de declararle la guerra a Inglaterra”. “¿Qué decís, estás loca?” “Así me siento. Metida en una locura total. Está mandando colimbas a Malvinas. Vamos a vivir una masacre más por culpa de estos hijos de puta”. Delia ya lloraba como sabía llorar Delia… sin demasiada gestualidad. Casi sin sollozos… Yo trataba de incorporarme en la cama con un cuerpo dolorido y un alma incrédula. “¿Qué decís?”, repetía tontamente.
Mi madre escuchaba radio en la cocina y también lloraba. “Esos chicos, esos chicos…” repetía ella.
Las nenas jugaban ruidosamente, por suerte, en el comedor.
Yo durante horas reclamé imposibles explicaciones. Por las 48 hs que no recordaba, por esa gente que agitaba banderas en Plaza de Mayo y por esa decisión suicida de un milico borracho. “Suicida no. Asesina”, sentenció Delia con esa claridad que siempre tenía.
Un día tristísimo. Dolorosísimo. Sólo las risas de mis sobrinas me traen un poco de consuelo al recuerdo
A la noche, durante la madrugada del 2 al 3 nos despertaron unos estruendos muy cercanos. Yo ya había regresado a la pequeña habitación que usaba como propia en esa casa que nos había vuelto a albergar a mi mami y a mí después de otra debacle… Escuchaba esos ensordecedores sonidos y los gritos de mi madre que angustiadísima gritaba: “¡¡¡¡Bombardean Buenos Aires!!!! ¡¡¡¡Están bombardeando!!!!”. Por unos minutos todo fue confusión, susto, desconcierto, gritos, llantos…
La vecina de al lado había sufrido un brote psicótico y con una maza estaba rompiendo su casa. Parece cuento. Pero es verdad.
La madrugada del 3 de abril nos encontró a mi madre, a Delia y a mí riéndonos de la anécdota. La radio estaba prendida. Las risas duraron poco.
La guerra asesina había comenzado. La Argentina toda estaba en riesgo.

II.
2 de abril de 1983, cerca de mediodía.
Subimos apuradas al subte. Conseguimos asiento. El tren no arranca y nos inquietamos. Por los altoparlantes anuncian un minuto de silencio en homenaje a los caídos en Malvinas. Algunos nos ponemos de pie y reina el silencio sobre las miradas tristes que nos cruzamos entre desconocidos.
Sube precipitosamente una pareja que desconoce la situación. La mujer, muy vertiginosa, se asoma hacia el anden a la voz de "quéestápasandoque'stonoarrancaporquélagente'stáparadaque'sloquepasa". Mira a su acompañante azorada y antes de que vuelva a hablar Delia le toca el brazo y le dice tan o más rápida que ella: "estamos haciendo un minuto de silencio por Malvinas". La mujer, entonces larga un sonoro aaaaahhhhhhhhh y le dice a su mudo interlocutor: "claroeselaniversariodelaguerraaaa..." Delia vuelve a tomarle el brazo y lanza un contundente "¡CÁLLESE!" La mujer enmudece y pasa el minuto de homenaje. Se cierran las puerta y el subte arranca. La mujer echa una furia se lanza contra Delia. "Peroquesehacreidocómomeva'blarasíquiensecreeque'sss"
"Disculpe señora es que un minuto pasa muy rápido y usted seguía hablando".
"Igulaustednotienederechodehablarmede'semodo".
"Disculpe señora."
"Quédisculpenidisculpe...".
A lo que Delia otra vez contundente espeta: "perdón, ¿Usted tiene algún ser querido caído en Malvinas?"
La mujer se queda demudada y balbucea: "no! gracias a dios no".
"Bueno, yo tengo casi 1000 hermanos. Será por eso."
Aplausos de algunos. Furia silenciosa de la señora. Orgullo mío. Satisfacción de gran parte del vagón.

Asi era Delia.

III.
Pienso en aquellos que estuvieron allá. Que sintieron el hambre, el frío, el silbar de las balas. Que vieron morir a sus compañeros, que conocieron el miedo, que le miraron los ojos a la muerte, que fueron torturados y abandonados por sus Superiores. Eran casi niños y hoy son casi viejos. Pienso en Ellos hoy. ¿Dormirán en esta hora? ¿Cuáles son las imágenes que se les renuevan en cada Aniversario? Pienso en Ellos. Los enarbolo héroes de mi Patria. De esta Patria que hoy los vuelve a olvidar. Pienso en Ellos, los imagino ausentes de mirada, con el corazón lejano, con los recuerdos mezclados. Con el dolor renovado, con la esperanza terca. Pienso en Ellos.

sábado, 31 de marzo de 2018

El recuerdo de aquellas Pascuas

En un inesperado, e inevitable, paseo por los senderos de la memoria descubro que mis recuerdos de las Pascuas están asociados a mis sentidos. Un mes antes ya empezaba a escucharse hablar, ruidosamente, de la Semana Santa. Para mi padre era imprescindible organizar el encargo del bacalao en “la tienda ramos generales de los gallegos camino a Alvear que sin duda alguna tienen el mejor porque sus familiares lo traen de la España misma no se puede comparar”
A mí siempre me costó entender el significado de esos días tan raros. El jueves era el más incomprensible. El viernes me metía miedo. El rayo divino te castigaría si comías carne, si tenías malos pensamientos, si no rezabas, si no ibas a la iglesia bien temprano. Me aterraban esas imágenes cubiertas con telas negras que naturalmente me hacían bajar la mirada para no faltarles el respeto… porque eso también podía ser castigado. Durante el tiempo que duraba esa misa me preguntaba todo el tiempo si no estaría yo teniendo malos pensamientos mientras escuchaba los resoplidos entre aburridos y enojosos de mi madre. Años después supe que a ella también la obligaba la obligación de los viernes santos. Me llenaba de tristeza, y miedo, que si prendíamos la radio sólo se escuchaba una música muy triste que con el tiempo supe que era “música sacra”. La vida se ponía en tristes tonos de grises, los viernes santos. Lo único que mitigaba la tristeza y el miedo era pensar en las deliciosas empanadas de verdura, y de pescado que nos esperaban en lacasadela´buela.
El sábado de gloria era día de preparativos. Las cocinas familiares derramaban una lujuria de perfumes a buena mesa. En lacasadela´buela todo olía a pescado y pimentón, desde el galpón del tío José llegaba el inconfundible efluvio del hasta ayer pecaminoso jaleo de carnes asadas, en lo de la Julia los jugosísimos pasteles de carne (empanadas fritas, dicen los porteños), en lo la Ana los rosquitos, bizcochuelos y postres, y en la mía reinaba el olor a choclo que mi madre desgranaba uno a uno para las humitas. Todo era cocina para que el domingo de Pacuas fuera un perfecto festín de sabores.
Ese día, el domingo de Pascuas, mis hermanos y yo siempre estrenábamos alguna ropa recién salida de la Singer de la mami, que parecía tener vida propia bajo sus pies y su mirada…
En este rosedal de mis recuerdos no hay Pascuas sin sol. Todo era luminoso en ese día. Todo se vestía de colores. Los ojos viejos de mi abuela brillaban de otro modo y toda ella se permitía la ternura. Los rincones de su patio emaparrado eran la guarida de los codiciados huevos de Pascuas que ella misma se encargaba de identificar con el nombre de cada nieto con su letra grandota y desprolija, y esconderlos cuidadosamente. Mis hermanxs , mis primxs y yo fingíamos durante rato no saber dónde estaban y ella fingía que nos creía. En mis años más niños, obvio, la que me ayudaba a encontrar el mío era Delia. Y después, cuando ella, la Delia, se vino a vivir a Buenos Aires, un momento decisivo de la jornada era el horario de ir a la telefónica a hacer el llamado a la Capital. La ansiedad alrededor de ese enorme teléfono negro inundaba en gritos, risas y lágrimas. “Adiós, hija querida” decía mi padre en voz baja cuando la horquilla ya había hecho silenciar la extrañada voz de mi hermana; y volvíamos a lacasadela´buela en silencio, disimulando las lágrimas. Bah, ellos disimulaban. Yo hacía gala de mi niñez llorando desbordada.
El día se extendía hasta pasada la cena con los hombres jugando al truco mientras discutían de política, las quejas de las mujeres, el juego de lasescondidas de las chicas y las travesuras de los chicos que hacían enojar a los vecinos. Y la obligada repartija de comida que duraba días.
Cuando partió mi abuela y a los dos años la siguió mi padre costó recomponer la celebración del domingo de Pascuas. Para mi madre era importante y lo armábamos como podíamos. Cuando fueron creciendo las nietas, mis sobrinas, algo de aquel espíritu se recuperó. A falta de patio emparrado, mi madre escondía los huevitos en los cajones de su máquina de coser (aquella misma Singer de la vida propia) o entre las cacerolas en los estantes de la cocina. Luego se sumó Baltazar, mi sobrino, y por último Lautaro, mi hijo, que fue el que menos disfrutó de ese rito.
Sigo sin comprender mucho qué significan estos días, pero me siguen inquietando como en la infancia…
En el 2012 la Pascua cayó para el 8 de abril. Mi madre se había despedido de la vida tres años antes, pero logramos la reunión de la familia (con una -única- ausencia obvia, esperada y previsible). Estuvimos todas y todos quienes éramos la familia en ese momento. Fue en lacasadeladelia, por supuesto. La casa de mi hermana toda. La casaútero de Delia… No fue un almuerzo, fue una merienda. Había comida como para un centenar de personas pero debíamos ser menos de veinte. Estábamos todas y todos y eso nos sorprendía y nos emocionaba. Había un agregado al festejo. Guady acababa de anunciar que estaba embarazada y eso vestía a la Pascua de verdadero milagro. Las presencias de Valentín, Lisandro y Camilo (mis tres primeros sobrinos nietos) aportaron la cuota de niñez imprescindible. Hubo muchos abrazos, risas y lágrimas… Y codiciados huevitos, que no tuvieron escondite pero sí mucha ternura. Fue una tarde muy parecida a aquellas Pascuas de mi infancia. Nada, absolutamente nada, nos podía hacer pensar que un zarpazo brutal estaba cerca y esa sería la última Pascua en familia numerosa reunida alrededor de una mesa.
Extraño mucho aquellas ceremonias familiares…


miércoles, 14 de marzo de 2018

Florencia Aroldi. Presentación de su primer libro.




Los caminos de Flor y mío fueron cruzándose dentro de esos misterios que propone el recorrido del Teatro. No sé cuándo empecé a quererla pero sí tengo muy claro el día en que supe que iba a quererla para siempre. Fue, justamente, el día que me ofreció La Rabia para leerla.

Ella pasó a darme un abrazo solidario cierta tarde en que yo estaba verdaderamente desanimada en relación a la tarea teatral. Me abrazó y me dijo cosas hermosas. Charlamos sobre “el medio”, sobre justicias e injusticias, sobre justos y justicieros… Me emocionaron sus palabras y sus miradas. Sus miradas sobre ese “medio”. Ya casi en el final de la charla, muy tímidamente me ofreció su obra para que le diera mi opinión y me dijo, palabra más palabra menos: “si te gusta y te da para hacerla en un ciclo de obras breves, para mí sería una alegría”.

Verdaderamente me sentí rescatada por su propuesta.

Antes de leer la obra yo ya había decidido que iba a hacerla. Era una forma de agradecerle el gesto. Pero resultó que la obra era buenísima, y cuando terminé de leerla  ya no era por ella sino por mí que quería hacerla.

“La Rabia” tenía en ese momento la potencia que significa hablar de la actualidad y de las injusticias que envuelven a la sociedad toda. Sigue teniendo la misma potencia. Tanta era la actualidad que temíamos, más bien soñábamos, que algo se modificara en la realidad y ya no tuviera sentido estrenarla. Nada ha cambiado desde que empezamos a ensayarla. Peor aún… todo ha empeorado, valga la redundancia.

Y no sólo habla de injusticia sino también de aquellos que pretenden no verlas, que pretenden estar al margen, como si eso fuera posible.

La obra es tan potente que dudé mucho en el rol que quería tener en ella. Anduve un rato decidiendo si quería dirigirla o actuarla y por suerte ganó la actriz y me metí en la piel de la desopilante Patricia. Tan lejana y tan cercana. Transité con incomodidad y con intensidad la frivolidad y la insolidaridad de esa rubia impune y descarada. La odié y la amé.

Fue un proceso de trabajo hermoso tanto en los ensayos como en las funciones. Se armó un equipazo laburador, divertido, eficaz y eficiente. La mirada de la dirección, a cargo de Fernando Alegre, le aportó más ritmo del que la obra ya tiene y supo sacar el contrapunto exacto entre Raúl (el personaje a cargo de Omar Lopardo) y Patricia (mi personaje) enfrentándose al Policía seco y obediente de sus autoridades hasta lugares exasperantes, como suele ser (interpretado por Alejandro Barratelli). Contamos con la asistencia de dirección siempre valiosa de Graciela Ramirez y un grupo de colaboradores de fierro. Entre ellos el siempre dispuesto Fernando Musante que además nos hizo unas fotos bellísimas.

Y Flor acompañándonos en el proceso, flexible, amorosa, propiciando lo que necesitábamos. Desde cambios de texto a re escribir escenas para que fueran más eficaces.

Al libro editado, Molinete conventillo, acabo de conocerlo. Es una belleza, como ella. Como todo lo que ella despierta y propone. Me da gran alegría y orgullo pertenecer a una de las obras que este libro contiene. Y deseo profundamente volver a trabajar poniéndome en la piel de algún personaje de Florencia Aroldi. Gran autora. Gran Persona.

STELLA MATUTE
12/03/2018

SOBRE INSULTOS Y CANTITO


Hace días que río. Río mucho. No me pasaba esto desde hace algo más de dos años... Y disfruto de mi risa que se hace cómplice de algún eventual compañero de colectivo, o de alguna caminante con la que nos cruzamos las miradas muertas de risa. Río y canto. Canto. A voz en cuello o en silencio. Riendo canto. Se me ha llenado el presente de risa y canto.

Y no me siento por eso ni un poquito, NI UN POQUITO, parecida a ellos. Como tampoco me siento ni un poquito menos feminista porque ese canto incluye un "hijodeputa" que surge desde las entrañas mismas del dolor por tantos atropellos, por tantas injusticias. No hay género en ese insulto. No hay "mujer" en ese insulto. "Hijodeputa" es un término que da dimensión exacta de lo que él es. De lo que ellos son.Por eso les duele tanto.

Decía, no me siento ni un poquito parecida a ellos. No somos jamás parecidos a ellos. Como bien dice mi amigo Daniel Moyano: Nosotros hacemos nacer "el cantito", y ese cantito no es un insulto. No. No lo es. Es una pena leer a compañeras y compañeros que no saben ver esa diferencia. Nuestro "cantito" no es un "insulto". El cantito se abre paso desde abajo, rompiendo el cemento de las bicisendas del "cambiemos" y del "sí se puede". Nuestro cantito ha llegado para resistir, para flamear como bandera de pedido de justicia. Nos oxigena. Nos divierte. Nos une. Vino a resquebrajarles el cemento. A abrirles una grieta en la prolijidad criminal que nos espetan. Volvió el cantito y nació de su útero natural. Y les duele. Se nota que les duele.Por eso vuelven a marcarnos la agenda de discutir entre nosotros si "cantito sí cantito no". Somos "nosotros" diciéndole a "ellos" lo que son. Jamás igualándonos. Eso no sucederá jamás porque nosotros no somos asesinos. Somos atropellados, contradictorios, desordenados, desprolijos, somos incorregibles, pero jamás asesinos.

Cantemos compañeras. Cantemos compañeros. Y riamos. Que ya lo dijo alguien que la supo lunga: " «El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza».
Stella Matute
01-03-18
¡¡¡¡MMLPQTP!!!!!!!

martes, 23 de enero de 2018

Un milagro llamado Cumpleaños






Un milagro. Mi cumpleaños fue un milagro. Día milagroso, noche más milagrosa aún. MILAGRO. Milagro... asocio mientras escribo. Quiero escribir algo que se acerque a lo que siento. Difícil. Milagro. Me siento dentro de un milagro de amor. De un mar de abrazos. De una sinfonía de risas. Milagro. En este tiempo. En este tiempo de milagros encerrados, a mi me privilegiaron con un milagro de prodigios, de ternuras, de besos, de regalos, de libertad. De un Amor que no sé si merezco pero que me disfruté palmo a palmo. Milagro.
No quiero que termine. Me quedo mirando mi mesa llena de regalos que anoche desenvolví y atesoré después del festejo. Ahí están todavía. Y no quiero sacarlos, quiero prolongar al infinito esta emoción. Imagino mis globos blancos y celestes atravesando cielos y tiempos. Encontrando a los dueños que sus deseos incluyen.
Milagro.
Milagro en celeste y blanco. Milagro en vino tinto. Milagro en delicias.
Milagro.
Un aro perdido en una terraza llena de gente, de paquetes, de bolsos, de escaleras, de apretujes.Y vuelto a encontrar, el aro, en el fondo de una bolsa a punto de ser arrugada para ir a la basura.
Milagro.
Un tsunami de mensajes por facebook, por privado, por whats app, por teléfono, por mensajito, por todos los espacios posibles.
Milagro.
Gracias. Gracias por construirme ese milagro. Todas y todos. Cada una y cada uno de los que se tomaron un tiempo para escribirme, para elegirme un poema, una canción, una palabra, un regalito, son las y los hacedores de este milagro que hoy me eleva a la altura de la Alegría, a la mullida densidad de la Emoción.
No sé cómo decirlo de otra forma. Quisiera escribir con las palabras exactas pero creo que no existen. Porque no hay cómo explicar el Milagro.
Quiero que cada una y cada uno de los que anoche estuvieron, sosteniendo mi locura de festejar bajo las estrellas, vengan hoy a casa y nos amuchemos y sigamos abrazándonos y riendo. Quiero que no termine este volar amoroso con las alas que me construyeron con cada presencia, con cada mirada, con cada sonrisa, con cada brazo apretándome a sus corazones. Y los que no vinieron, que también vengan. Porque cada una y cada uno que estuvo ahí fue por algo. Yo bien sé por qué las y los convoqué. Y las y los que estuvieron ausentes, estuvieron AUSENTES. Porque también tenían su historia en mi historia de esa edad que anteayer se terminó para dar paso a la que comienzo a construir hoy. Y en el medio, ayer. Ese día sin tiempo y sin espacio que se enarboló en Milagro de Amor.
Amor. A-Mor. Un día me dijeron que AMOR significa "sin muerte".
A: sin. Mor: muerte.
Sin muerte.
AMOR.
Hoy me siento eterna.
GRACIAS.