sábado, 20 de octubre de 2012
PRIMER DÍA DE LA MADRE SIN DELIA
...Delia, mi hermana (por si algún distraido necesita aclaración), fue una de las mejores madres que conocí en mi vida. Delia era NATURALMENTE madre... Fue mucha madre mia. Fue madraza de sus hijas. Tenía paciencia de madre desde muy chica y para con todos...
Delia me enseñó a ser madre. Me ayudó a ser madre.
La muerte de Delia, sin dudas, termina de completar la muerte de mi madre... También la de mi padre.
Es desmesurada esta sensación de absoluta orfandad. Ahora me siento violentamente huérfana de verdad y para siempre... Responsable absoluta de todo el relato...
Es raro en este Día de la Madre sentirme por primera vez y para siempre: Sólo madre...
Ya no ser hija...
Sólo madre...
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Día difícil.
Me cuesta hoy tanto recibir como decir el saludo de "Feliz día". No es feliz hoy... Es uno de los días más tristes de mi vida... Qué le voy a hacer... es así.
Recibo emocionada el abrazo aliviador de Musante. El abrazo intenso y sanador de Lautaro, razón de mi vida. Y me entrego a la tibieza del abrazo de quien quiera brindármelo...
Tengo amigas MADRAZAS que merecen hoy tener un día feliz. Llenas de mimos y regalos.
Tengo una sobrina MADRAZA, a la que hoy acompaño en su tristeza con toda la dimensión que mi alma pueda brindarle.
Tengo una sobrina MADRE de uno de mis sobrinos nietos y embarazada de su segundo hij@...
Tengo una sobrina a punto de ser MADRE... Sueño de muchísimos años a punto de cumplirse... Madre ya...
A todas ellas, mi corazón.
Y a todas las madres que llevan adelante su maternidad ejerciendo ese amor entre sublime y devastador que se siente a partir de la primera respiración del hijo: ¡¡¡¡PASEN USTEDES UN DÍA BELLO, LLENO DE MIMOS, LLENO DE ABRAZOS, DE RICA COMIDA, DE RISAS, DE REGALITOS!!!
viernes, 19 de octubre de 2012
"Las palabras van..." - Muestra homenaje
La palabra sana. Así decía Delia a menudo… Y de hecho su
palabra era sanadora. Es sanadora… Y será…
En este tiempo, en estos dos meses y monedas, me he aferrado
casi obsesivamente a su palabra. He buscado sus poemas, sus cuentos, sus relatos. He hurgado en agendas, libros, cajas. He recuperado
dedicatorias, tarjetitas, esquelas… Todo me sirve… Su palabra es prácticamente
lo único que me alivia un poco la tristeza infinita que me atraviesa.
Literamente, me atraviesa.
Su palabra y la compañía de Musante. Compañero incansable.
Y el abrazo de mi hijo... infinito y curador.
Y así como su palabra me sana, su palabra me convoca…
GUIJUANA DE ARTE me insistió hace dos días en que
participara en la muestra “Las palabras van…” y acepté el desafío…
Así es que participo de esta muestra con palabras que no son
mías pero me pertenecen.
Participo con dos propuestas muy diferentes entre sí pero
con un denominador común: YO.
Palabras de Delia, mi hermana hermana mía.
Palabras de Musante, compañero amor mío.
Por un lado, 9 poemas de de Delia mezclados con imágenes…
infancia, pueblo, alegría, dolores…
Por otro lado, 17 sonetos de Musante dedicados a nuestro
amor… a mí.
Palabras de Delia.
Palabras de Musante.
Palabras mías por prepotencia del amor.
PALABRA, AMORES, RECUERDOS…
¿Qué más para un alivio?
¿Qué menos para un Homenaje?
La muestra inaugura el sábado 20 (sí, pasado mañana) en
Guijuana de Arte. Anchorena 914, a partir de 20.30. Y estará abierta hasta el
viernes 26 de octubre todos los días de 17 a 20.
Ojalá puedan acompañarme. Los espero.Dos meses sin Delia...
13/10/12
Dos meses. Dos meses sin Delia. ¿A qué dios le rezo? ¿Con qué dios me enojo? ¿Qué es esta devastadora soledad de Delia? No quiero. Y no tiene ninguna importancia que no quiera. Es. Así de irreversible. Es. Y ni siquiera es que Delia no está. Porque está. Estar está... Es la ausencia. La ausencia sucede aunque yo no quiera. Aunque no lo acepte.
¿Qué es lo insoportable si hay que soportarlo? Lo insoportable es lo irreversible. En lo irreversible sucede lo insoportable. Dos meses. Y la seguridad de que será para toda la vida. No quiero sobrevivir a nadie más. No quiero que me suceda lo insoportable de otras ausencias..., de otros irreversibles...
No quiero vivir para contarlo... No quiero que el cuento me corresponda... Y no tiene ninguna importancia que no quiera...
Dos meses. Dos meses sin Delia. ¿A qué dios le rezo? ¿Con qué dios me enojo? ¿Qué es esta devastadora soledad de Delia? No quiero. Y no tiene ninguna importancia que no quiera. Es. Así de irreversible. Es. Y ni siquiera es que Delia no está. Porque está. Estar está... Es la ausencia. La ausencia sucede aunque yo no quiera. Aunque no lo acepte.
¿Qué es lo insoportable si hay que soportarlo? Lo insoportable es lo irreversible. En lo irreversible sucede lo insoportable. Dos meses. Y la seguridad de que será para toda la vida. No quiero sobrevivir a nadie más. No quiero que me suceda lo insoportable de otras ausencias..., de otros irreversibles...
No quiero vivir para contarlo... No quiero que el cuento me corresponda... Y no tiene ninguna importancia que no quiera...
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