jueves, 10 de octubre de 2013

Morriñas


Qué lindo era el futuro, / el futuro / del pizarrón de cuarto grado, / todo echo con tizas de colores / y una confianza buena, / de las viejas, / de esas que ya no se consiguen / ni pagando al contado. / Era realmente lindo, lindo / aquel futuro / del pizarrón de cuarto. / Había chicos decentes / tomados de la mano, / chicos con las orejas limpias, / y las medias derechas, / y los dientes seguramente cepillados. / Juro que era lindísimo / el futuro / del pizarrón de cuarto grado. / Había toros, libélulas y ríos, / había trenes, palomas, y silos, y aeroplanos, / había campos, y escuelas, y edificios altísimos, / había vacas y ovejas / bellamente pastando. / Había una iglesia, y un trigal, / y un puerto con muchísimos barcos. Al fondo , por supuesto, / un ancho sol naciente en amarillo, / con sus ojos, su boca, su sonrisa, / en realidad / bastante parecido / al de la tapa del cuaderno “Sol de Mayo”, / pero de todos modos era una maravilla / aquel futuro / del pizarrón de cuarto grado. / Ah, si pudiera entrar en el futuro, / en el futuro aquel en seis colores, / del pizarrón de cuarto grado. / Cómo caminaría derechito / hacia el gordo sonriente en amarillo, / acogedor, humano. / Cómo andaría entre toros, libélulas y ríos, / y trenes, y palomas y aeroplanos. / A lo mejor iría / tomado de la mano / de algún chico decente, buenito, bien peinado. / Caminaríamos alegres y llenos de esperanza / porque, es claro, / el camino sería bello y fácil / como eran los caminos del futuro / en el lindo futuro / del pizarrón de cuarto grado. / Sin barreras, sin piedras, / sin pozos, sin semáforos. / Nadie nos pediría documentos, / ni nos requisarían baleros subversivos, / ni nos sospecharían ladrones / o extremistas, o infiltrados. / Nadie nos metería por supuesto / en un atroz fantasmagórico Ford Falcon, / Ni mucho menos iríamos a aparecer al otro día / entre unos pastizales por Ezeiza / junto a un montón de cápsulas servidas, / ni dirían los diarios / con sus letras chiquitas y su fea sintaxis, / cosas como “se procedió a identificarlos”. / No, no, / sencillamente no, / porque éso no figuraba para nada en el futuro, / porque eso la señorita no lo había dibujado / con borrador, y tiza y esperanza / en el prolijo y diáfano futuro / del pizarrón de cuarto grado. / El cual como se sabe estaba todo hecho / con tizas de colores, / con un redondo “Sol de Mayo”, / y una confianza buena, / de las viejas, / de esas que ya no se consiguen / ni pagando al contado.
(Humberto Constantini)

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