viernes, 24 de enero de 2014

Ángeles


Cuenta una leyenda que "cada ser humano viene con una cantidad de ángeles coronando su frente. Esos ángeles vuelan alrededor de nuestra cabeza protegiéndonos. Cada vez que agachamos la cabeza frente a una injusticia o decimos un sí indigno (el gesto del sí es mover la cabeza hacia abajo) uno de esos ángeles se cae y se estrella contra el piso... Si queremos morir con la misma cantidad de ángeles con la que nacimos, no debemos ni agachar la cabeza frente a la injusticia ni decir sí indignos... Y finalmente, tenemos que saber que la cantidad de ángeles que coronarán nuestra mortaja dependerá de la cantidad de veces que lo hayamos hecho..." 

 Cuenta una leyenda... no sé si es cierto...

miércoles, 22 de enero de 2014

Gastón Barral, ¡compañero!


Barral era vertiginosamente charlatán... Los que tuvimos la alegría de conocerlo hemos disfrutado, y sufrido, de ese rasgo tan característico de su personalidad... También hemos sido bendecidos por su simpatía, por su solidaridad, por su compromiso...
Gastón era un compañero. En toda la dimensión de esa palabra.
Gastón era un preocupado y un ocupado por la Cultura Nacional y Popular. Un constructor de la cultura de nuestra Patria, como le gustaba decir cada vez que tenía un micrófono delante...
A Gastón, muchos de nosotros, tenemos la obligación de agradecerle su oficina siempre abierta, su cafecito siempre dispuesto y su agenda siempre humanitaria para ofrecernos un espacio donde mostrar nuestros trabajos.
Dicen que ha muerto...
Yo no lo creo. No quiero creerlo. Me resisto, como siempre frente a las injusticias, a pensar que voy a adolecer de su sonrisa, de su ayuda, de su charla... Me resisto a aceptar que la maldad humana puede ser tan mala...
Este último mes, desde el 18 de diciembre en el que por suerte compartí con él y con tantos la generosa cena del cierre de UOCRA Cultura 2013, he tenido el privilegio de varios de sus llamados... Como siempre, andaba proyectando cultura y me pedía algunas ayudas... Lo último que le dije en una de esas charlas telefónicas que tuvimos horas, apenas horas, antes de la injusticia fue: “Te quiero mucho, Gastón”. Y él me contestó: “Yo también te quiero mucho, compañera”.
Me quedo con eso.
Y con su canto siempre fresco y generoso.
Hasta siempre, Barral. ¡Salud!
Te quiero mucho.

sábado, 18 de enero de 2014

MARCAS

Me hice un tatuaje...
A decir verdad nunca me gustaron los tatuajes.
Han sabido despertarme críticas y repudios...
Pero me tatué el nombre de Delia en la muñeca izquierda. El nombre de Delia grabado en mi piel para siempre.
Sencillamente, hice visible la marca que ya llevo, desde siempre y para siempre, en el alma.
Eso, justamente, fue lo que me ayudó a tomar la decisión...Un día, hace ya algunos meses me puse a pensar en dos cosas: primero, en que solemos soportar marcas en el cuerpo que no hemos decidido; y segundo, que portamos marcas en el alma que podemos decidir hacerlas visibles en el cuerpo.... Así empecé a darle forma a esta decisión.
Yo se todo... Ya se han encargado de hacérmelo saber y, sobre todo, de hacérmelo sentir. Se, bien que sé, que no soy la única a la que se le ha muerto un ser querido y que hay tragedias mucho peores que la mía... Se que soy intensa y febril. Se qué soy exagerada y manifiesta. Se que soy vehemente y que puedo ponerme hincha pelotas (o ser siempre hincha pelotas, si querés) Pero así soy... Para todo... Para amar, para sentir, para pelear, para ayudar, para duelar.... No me siento ni la más desgraciada ni la dueña del dolor... No... En absoluto... Me siento infinitamente triste. Y soy cobarde... no puedo con la soledad del dolor. Me enloquece... Necesito compartirla, convocar al abrazo, llamar al consuelo... La injusta y temprana partida de Delia tiene para mi la dimensión de todo mi dolor. Me re significa todas mis ausencias. Me deja huérfana de toda orfandad.
Entonces, el tatuaje.
Hacer visible esa marca indeleble que llevo en el alma.
Un tatuaje pequeño, sencillo y bonito.... Como era ella. A la vez inmenso (como ella era) en su significado.
En el brazo izquierdo. Para que esté conmigo en cada puño en alto, en cada V de la victoria.
Para que se vea que la llevo conmigo en cada hora de mis días
Para que me pregunten qué significa "ese nombre" y poder hablar de ella.
Para que sea evidente que está entre mi y toda la realidad.
Quizá así pueda satisfacer esos tantos pedidos de que "la deje ir"...
En este eterno homenaje, que le hago y me hago, traigo a mi padre y a mi madre. Y a todos los duelos que ella supo consolar y acompañarme...
Convoco a todas las Stella que he sido para acordar un poco sobre las Stella que seré sin Delia.
Celebro la casa de Anatole France, la de la avenida San Juan, la de la avenida Rivadavia y finalmente la casa de Mansilla... todas sus casas que fueron también mías y, fundamentalmente, fueron casas de mi madre... 
Recobro la mano bajo la almohada de la infancia, el tazón de café con leche con pan adentro, el papel araña azul de los cuadernos de las primeras letras, los ojos asombrados por la inmensidad de la ciudad inmensa, los primeros libros y las primeras músicas, las despedidas y los reencuentros, los tres soles de sus hijas, el dolor por sus amados compañeros, la abundancia de sus abrazos, su mano en la panza calmando mis contracciones de parto, la generosidad de su sonrisa, la trascendencia de sus consejos, el azúcar en mi boda, la inmensidad de su paciencia.
Todo en estas cinco letras que adornan, y honran, para siempre mi muñeca.
 Fraternal regalo que me he permitido ofrecerme en este cumpleaños que ahora empieza.
Ella seguramente no aprobaría esta decisión mía. La tomaría como uno de esos extraños pasos de esta hermana, demasiado extravagante para nuestra sencilla vida.
Pero enseguida me miraría con ternura, buscaría la mirada de mi madre, y con ronca voz, cargada de ironía, seguramente le diría: "oye madre, si tu hija tiene tatuaje... ¡Anda en pandilla!". Lanzaría una abundante carcajada y abriendo generosamente sus brazos tomaría mi cabeza entre sus manos y la llenaría de besos.


viernes, 10 de enero de 2014

Frida Kaplan


Hoy (por el 9 de enero de 2014) "volví" a lo de Frida Kaplan... Y fue emoción... Siempre que "vuelvo" sucede la emoción, porque la emoción es terreno de Frida Kaplan...
Frida es refugio que siempre me recibe mullidito; es abrazo que siempre me cobija; es reflexión siempre profunda...
Es el contacto con el contacto; es la atención en la tensión y la intención en la atención.
Es un olor y un color a hogar conocido y extrañado. Casi propio...
Parafraseando (o plagiando, no sé bien) al Gordo Troilo, enuncio que no es cierto que "volví" porque no se puede volver a un lugar del que una nunca se ha ido. Del qué nunca me iré...
Pero qué placer el sentir los "elementos en la espalda", la "columna visualizada" y la "actividad interna" después de tanto tiempo...
Hoy (por el 9 de enero de 2014)  Frida, alrededor de las 19.30, me hizo sentir frío en un lugar sin aire acodicionado en el corazón del Once. Porque así es Frida: mágica.
Y gracias a esas cosas buenas de la vida, yo disfruto de su magia. Y de su amor, que es el mío.
¡¡¡Te quiero, Frida Kaplan!!!