miércoles, 22 de enero de 2014

Gastón Barral, ¡compañero!


Barral era vertiginosamente charlatán... Los que tuvimos la alegría de conocerlo hemos disfrutado, y sufrido, de ese rasgo tan característico de su personalidad... También hemos sido bendecidos por su simpatía, por su solidaridad, por su compromiso...
Gastón era un compañero. En toda la dimensión de esa palabra.
Gastón era un preocupado y un ocupado por la Cultura Nacional y Popular. Un constructor de la cultura de nuestra Patria, como le gustaba decir cada vez que tenía un micrófono delante...
A Gastón, muchos de nosotros, tenemos la obligación de agradecerle su oficina siempre abierta, su cafecito siempre dispuesto y su agenda siempre humanitaria para ofrecernos un espacio donde mostrar nuestros trabajos.
Dicen que ha muerto...
Yo no lo creo. No quiero creerlo. Me resisto, como siempre frente a las injusticias, a pensar que voy a adolecer de su sonrisa, de su ayuda, de su charla... Me resisto a aceptar que la maldad humana puede ser tan mala...
Este último mes, desde el 18 de diciembre en el que por suerte compartí con él y con tantos la generosa cena del cierre de UOCRA Cultura 2013, he tenido el privilegio de varios de sus llamados... Como siempre, andaba proyectando cultura y me pedía algunas ayudas... Lo último que le dije en una de esas charlas telefónicas que tuvimos horas, apenas horas, antes de la injusticia fue: “Te quiero mucho, Gastón”. Y él me contestó: “Yo también te quiero mucho, compañera”.
Me quedo con eso.
Y con su canto siempre fresco y generoso.
Hasta siempre, Barral. ¡Salud!
Te quiero mucho.

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