martes, 29 de abril de 2014

Amores Gatos

Para ellos, mis amores peludos... Cariñosos, leales, queridos, atrevidos, mimosos, curiosos, entrañables, invasores, inquietos, curiosos, movedizos, silenciosos, adorables, insoportables, imponentes, desquiciados, cálidos, sensibles, compañeros, amados, imprescindibles...
Para ellos, mis Amores Gatos. Para el que no está y extraño, para el que está y disfruto...
¡¡¡¡FELIZ DÍA Y GRACIAS POR LA BELLA COMPAÑÍA!!!!



lunes, 14 de abril de 2014

20 meses, tiempo sin tiempo


Este tiempo sin tiempo que recorro atraviesa mi alma entumecida, ahora alma incompleta por doliente, que no encuentra consuelo ni socorro. Un vacío colmado de presencia me debate entre risas y pesares, pero impone su ausencia en alarido mientras la vida avanza, tenaz y endurecida.
No tengo recuerdos más que mis recuerdos y a ellos me aferro dolida y obstinada.
Visito algunos bares, releo algunos libros y cada noche va mi mano por debajo de la almohada. Sueño que sueño y que la encuentro y que me sana de nuevo su palabra. Pero despierto siempre entre sollozos, con el alba tercamente atormentada.
Sola de una soledad desconocida, quiero que vuelva y que me abrace. La convoco cada hora, cada día la pienso, cada domingo repudio ese domingo, el del zarpazo brutal definitivo. Y cada 13 calendario me encuentra acá, desde hace 20 meses, escribiendo, en vano intento de detener el tiempo.
Este tiempo sin tiempo que recorro. Y que atraviesa mi alma entumecida.


13 de abril, a 20 meses.

viernes, 11 de abril de 2014

Chau, Alfredo. Gracias.


Una vida completa. Íntegra de toda integridad. El porte de un príncipe, la sabiduría de un rey, la humildad de un mendigo. El talento de un grande, la lealtad de un amigo. Un brillo encandilante, una sonrisa franca, una timidez inexplicable.
¿Un sol, dicen? Mucho más que eso. Un ser humano que supo ser humano. Un actor que supo recorrer los escenarios con la comodidad de quien anda en la intimidad de su casa. Un compañero que supo ganarse el amor de todos en un camino donde los enemigos están siempre esperando en la banquina.
El teatro argentino adolece ahora de su Israfel y se ha quedado atado para siempre “de pies y manos". Ha muerto su Rey Lear y en este “final de partida” ya no tendrá quien campee “la tempestad” que acarrea el dolor por “la muerte de un viajante”.
El cine argentino se ha quedado sin su diablo más hermoso y más amado, y también sin su santo de la espada.
No se fue de viaje ni se fue de gira.
Si se hubiera ido de viaje o de gira estaríamos contentos.
Pero se murió y por eso estamos tristes. Tan tristes.
Se nos ha ido el mejor de todos.
Ojalá existiera ese lugar en el que entrando por “los caminos de Federico” a ese "largo viaje de un día hacia la noche" lo reciba un emocionado Hamlet y lo ayude a subir al merecidísimo escenario de la eternidad.

miércoles, 2 de abril de 2014

2 de abril

2 de abril de 1983, cerca de mediodía.
Subimos apuradas al subte. Conseguimos asiento. El tren no arranca y nos inquietamos. Por los altoparlantes anuncian un minuto de silencio en homenaje a los caídos en Malvinas. Algunos nos ponemos de pie y reina el silencio sobre las miradas tristes que nos cruzamos entre desconocidos.
Sube precipitosamente una pareja que desconoce la situación. La mujer, muy vertiginosa, se asoma hacia el anden a la voz de "quéestápasandoque'stonoarrancaporquélagente'stáparadaque'sloquepasa". Mira a su acompañante azorada y antes de que vuelva a hablar Delia le toca el brazo y le dice tan o más rápida que ella: "estamos haciendo un minuto de silencio por Malvinas". La mujer, entonces larga un sonoro aaaaahhhhhhhhh y le dice a su mudo interlocutor: "claroeselaniversariodelaguerraaaa..." Delia vuelve a tomarle el brazo y lanza un contundente "¡CÁLLESE!" La mujer enmudece y pasa el minuto de homenaje. Se cierran las puerta y el subte arranca. La mujer echa una furia se lanza contra Delia. "Peroquesehacreidocómomeva'blarasíquiensecreeque'sss" 
"Disculpe señora es que un minuto pasa muy rápido y usted seguía hablando". 
"Igulaustednotienederechodehablarmede'semodo". 
"Disculpe señora." 
"Quédisculpenidisculpe...". 
A lo que Delia otra vez contundente espeta: "perdón, ¿Usted tiene algún ser querido caído en Malvinas?"
La mujer se queda demudada y balbucea: "no! gracias a dios no". 
"Bueno, yo tengo 3000 hermanos. Será por eso."
Aplausos de algunos. Furia silenciosa de la señora. Orgullo mío. Satisfacción de gran parte del vagón.

Esa era Delia. 


Por todos esos hermanos que lucharon y murieron por el territorio usurpado y nos devolvieron la Democracia: UN MINUTO DE SILENCIO.