martes, 29 de julio de 2014

Los tiempos cambian, cambian los sonetos

Si para reprimir lo reprimido
Tuve que atacar primero lo atacado
Si para defender lo defendido
Tuve que asesinar lo asesinado

Si para estar ahora ajusticiado
Fue menester primero haber sufrido 
Tengo por bien sumido lo sumido
Tengo por bien negado lo negado

Porque después de todo he comprendido
Que para gozar bien de lo robado
Fue necesario haberlo sustraído

Porque después de todo he comprobado
Que la soberbia de lo hoy vivido
Viene de lo que hay amortajado.

(Mi versión Siglo XXI del
Soneto de Bernardez)

martes, 22 de julio de 2014

Odio a MOVISTAR


MOVISTAR desde hace meses me ha estado cobrando un plan más caro que los planes actuales. El operador, que intentaba ser simpático a pesar de mis puteadas, me explicó que "mi plan " era un plan viejo y caduco y que, efectivamente, hay planes nuevos mas económicos y con mejor servicio. Anti mi estupor y mi enojo, me dice: "Hubo campañas televisivas ofreciendo los nuevos planes".
Le digo: "Soy clienta de Movistar desde hace 12 años. ¿Te parece que me tengo que preocupar por ver las campañas televisivas que le ofrecen a quienes no son clientes de Movistar".
Me dice: "Pero si usted viera las campañas se enteraría de los cambios". 
Lo putée... No pude no hacerlo. Si yo no hubiera llamado ni me entero que estoy pagando demás... Desde hace meses he estado pagando de más.
Conclusión: ahora pagaré 100 pesos menos por un supuesto mejor servicio que el que hasta ahora tenía. Oooodio a Movistar, a Telefónica y a todas esas malditas empresas que nos tienen cautivos de sus abusos. 

Lo dije. Lo grité. Lo "alarideé" ... No se puede creer que estemos en manos de empresas tan desleales, tan corruptas. Somos presos de ellas. Nos bastardean, nos humillan.

martes, 15 de julio de 2014

25 años


25 años
25 años es mucho tiempo.
Y un instante.
Puedo sentir ahora el primer calorcito de su piel sobre la mía. Pude oler recién aquel olor pequeño de su minúsculo pelito; y oír aquí los flamantes berridos, dulces e indignados.
Sin embargo, disfruto a diario de su madurez y sus talentos.
Disfruto siempre de la seriedad de su palabra.
Inauguro saberes de su sabiduría cotidiana amasada en este cuarto de siglo compartido.
He aprendido, desde aquel 12 de julio, más, mucho más, de lo que he enseñado.
No hay amor que se le compare ni mirada más profunda que la suya.
Cumple años. Y me enarbola en madre nuevamente.
Gracias, hijo.
(12-7-2014)

martes, 8 de julio de 2014

Ir creciendo...

"La harina debe estar tamizada", decía mi madre, y ella casi siempre sabía lo que decía. Pero yo intuyo que lo mejor es tener el alma tamizada. Si no es imposible. O por lo menos para mi hubiera sido imposible. Hube de tamizar dolores, lagrimeos y sollozos para poder meter las manos en la masa.
Un poco de harina, tamizada por supuesto, y cien recuerdos; ocho cucharadas de grasa y mil imágenes; agua tibia con sal a gusto y aquel perfume dulzón del heno de pravia.
Imprescindible la melancolía de la lluvia y necesario este frío que congela. Requerida la visita del retoño e ineludible la emocionada mirada del siempre compañero. Descuelgo la negra sartén de edad antigua, sin nada de cerámica y teflones, teñida con el fuego de otros tiempos.
Quizás queden saladas de mis lágrimas, estas a las que hoy me animo. Quizás queden pringosas de carencias. O tal vez empalagosas de morriñas.
Pero ya es hora. Porque ya no están quienes lo hacían.
Y amaso hasta oler aquel olor y encuentro el punto justo en la fritura.
Y se parecen.
Les falta sólo aquel bullicio alrededor, aquel sonido a familia numerosa.
Pero el hijo sonríe tiernamente y el compañero acompaña con recuerdos a sus sabores propios.

Entonces las descubro. Mi abuela, mi madre y mi hermanucha me miran sonrientes haciendo equilibrio desde el alto estante de tesoros. Se me antojan orgullosas de esta "menor" que, resistente, se va diplomando de cabeza de familia.