Disquisiciones frente al mar:
1.
¿No será que Freud sentía una profunda envidia por el útero?
En esos años de machismo a ultranza fue fácil creerle al científico que las
mujeres sufríamos envidia del pene y nos sentíamos incompletas por esa falta.
Pero con el correr de la historia, ¿no será hora de revisar la envidia que los
hombres sienten por la falta de útero y su consiguiente imposibilidad de
engendrar y parir? ¿No sentiría Freud esa falta? ¿No habrá sido esa envidia lo
que lo ayudó a construir su histórica y científica teoría?(13/03/16)
2.
Hoy la sensación es que si no nos conectamos no podemos
desconectarnos. Y andamos buscando conexiones para poder estar tranquilos y
desconectar. (15/03/16)
3.
Generosa como es, la playa aspira millones de puchos recién
fumados por aquellos que disfrutan de su calidez tanto como del humo del
tabaco. Acuna bolsas de supermercado que y ya no usan quienes comieron
retozándola. Deglute toneladas de yerba de mates charlados entre risas y
anécdotas. Anfitriona como es, ofrece su mantel de arena tibia a miles de
bandejas y vasitos plásticos que vaciaron de manjares las familias veraniegas.
Sedienta como es, se bebe todas esas latas, botellas y coloridas tapitas de las
gaseosas y cervezas que los adolescentes, y no tanto, se han bebido antes.
Milenaria como es, la costa marina va muriendo pausado en manos del animal
humano que destruyendo disfruta. O disfrutando destruye, da lo mismo. (16/03/16)
4.
Hay colores que existen solo cuando uno cierra los ojos. No
hay azules tan brillantes, ni rojos tan intensos, ni verdes tan sanadores, ni
violetas tan innovadores que los que se ven entre la retina y la relajación del
párpado.
¿En qué lugar habitan esos colores cuando abrimos los ojos y
vemos lo que parece real?
Misterio de este tiempo indescifrable que llamamos
vida. (16/03/16)
5.
“No. No es cielo ni es azul”.
Es mar cosido al bies por esa costura que va de lado a lado en el infinito. Y se vuelve gris y verde y plata y oro cuando el sol le regala su rayo virginal. (17/03/16)
Es mar cosido al bies por esa costura que va de lado a lado en el infinito. Y se vuelve gris y verde y plata y oro cuando el sol le regala su rayo virginal. (17/03/16)