jueves, 6 de junio de 2019
6 de junio, Desde mi siempre y para mi siempre
Hoy es una de tus fechas, hermana.
La más importante, quizá. La de tu nacimiento, la que era celebración y ahora es carencia.
No estás y sin embargo estás más que antes, más que nunca, más que siempre.
¿Sabés? Tenían razón quienes decían esa revolución de dolor que me causó tu muerte se iba a calmar. Se calmó. La revolución se calmó. Y le dio paso a este dolor acompasado, constante, calmo, tranquilo, finito, manso, pandito, solitario. Este dolor que llevo a veces sobre mis hombros, a veces bajo el brazo, otras en el regazo. Lo acuno, lo mezo, lo bailo a veces...
¿Sabés? Un día me di cuenta de que estaba recogiendo los pedazos de mi alma para ir ordenándolos como un rompecabezas de piezas infinitas. Se fue armando de a poco pero algunas piezas se perdieron en el río de lágrimas, en los insomnios demoníacos, en la incomprensión furiosa. No importa... los pinté para que no se note la falta. Era necesario.
¿Sabés?... nadie soporta ver los agujeros que deja el duelo.
Al jardín devastado le planté nuevas flores. Y así la gente cree que mi jardín está intacto. Pero en cada color está la sombra de tu ausencia, a cada flor le falta un poco del olor de tu risa, a cada árbol le falta el brillo de tu mirada. Pero ya no se lo digo a nadie. Todos creen que estoy entera y que ya pasó. A vos, que siempre me entendiste, puedo contártelo sin disfraces. Cada día te pienso. Cada día te necesito. Cada día te extraño. Cada día me sigo preguntando por qué por qué por qué por qué... Y me contesto, claro, que porque así es la vida. Y sigo. Algo más que me enseñaste en este andar de mi vida compartida con tu vida, de mi vida compartida con tu muerte, de mi muerte compartida con la tuya: se puede seguir andando aún estando rota. Me lo enseñaste antes, sosteniéndome en el camino y volviste a ensañármelo luego, desde nueva manera de tu existir infinito y eterno.
Acá estoy, hermana. Con una copa de rico vino malbec, frente a tu torta de cumple imaginaria, cantándote el "que los cumplás muy felices" en ritmo de marcha peronista que es como lo canto ahora. ¿Te reís? Si... siempre te divirtieron mis tontas ocurrencias. Siempre las estimulaste, también.
Como cada 6 de junio durante toda mi vida, acá estás, acá estoy.
Te amo, hermana.
Feliz cumple en el centro de mi corazón. Desde mi siempre y para mi siempre.
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