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Hugo Saccoccia. Brindando. |
Busqué en el diccionario el signficado exacto de la palabra “solidario”, con la esperanza de que me ayudara a definir exactamente a Hugo Saccoccia. Tonta de mí... vana esperanza... No. El significado de esa palabra no lo define. Tampoco el de otras, como ...“generoso”, “laburante”, “necesario”, “imprescindible”. Hugo es todo eso junto y más. Hugo es Saccoccia. “El Sacco”... Único, emprendedor, valiente, solidario, generoso, laburante, necesario, irremplazable y, fundamentalmente: imprescindible. Un día se lo dije: “Hugo, vos sos imprescindible”. Me miró de reojo, con cara de “qué decís” y me dijo: “no, nadie es imprescindible”. Impulsor de grandes hechos, teatrero incansable. Cuando estuve, este año, en esa maravilla de Festival que él organiza tuve la sensación, en varias ocasiones, que Hugo no podía ser uno solo. Que había varios Hugos ocupándose de todo lo que había que ocuparse. Desde los mensajitos de texto después de cada una de las funciones a las pastillitas para el hígado para los que podíamos sufrir los efectos del corderito patagónico. Desde el plato con nombre en la enorme mesa de su quijotesca casa sureña hasta acomodar a la gente en el teatro. Desde la conferencia de prensa a la entrega personalizada de cada premio, de cada revista, de cada bolsita... Pero no. No había varios Hugos. Había uno sólo, ocupándose de todo. También de prender y apagar la luz de la puerta de su casa que indica que su maravillosa Biblioteca Teatral está abierta o cerrada... “San Cayetano” escuché un día que le decían. Y cuando pregunté por qué me contestaron: “porque en cuanto te acercás a Hugo te da trabajo”. Y es cierto y a la vez no. Porque siempre hay trabajo estando cerca de Saccoccia... pero no hace falta que te lo de. Algo de él propone que a uno le “surjan” las ganas de trabajar por su causa o por sus causas. Militante de la solidaridad, promueve solidaridad. Hoy está luchando por su vida y nos necesita. Demás está decir que todos deseamos que se ponga bien. Que todos le mandamos “buena onda”, “fuerzas”, “energías”, “luz”... que todos y cada uno en su credo o en su creencia rezamos por él. Pero necesita algo más y bien concreto: DADORES DE SANGRE. Y sé que si estuviera a su alcance saldría a pedirla puerta por puerta, a su manera. Pero no puede. De modo que ese hombre que da tanto sin pedir nada, hoy pide y tenemos la obligación de responder. Por favor, los que puedan donen sangre para Saccoccia. Para que se ponga bien. Para que empiece ya a organizar el próximo Festival de Humor, para que vuelva a exigirnos que trabajemos, para que vuelva a darnos ese abrazo franco y regalarnos esa sonrisa que contagia. A mi se me ha dado por pensar, ya lo he dicho en estos días, que si él utiliza su fuerza arrolladora en este trance, sale adelante. Y sé que va a ser así porque he visto esa fuerza desplegarse en toda su inmensidad. Y sé que va a alcanzarle. Porque tiene fuerza de sobra. Y porque también sé que él sabe que es imprescindible.
Stella Matute
PARA DONAR: El servicio de Hemoterapia del Hospital Ramos Mejía (Urquiza 609) se encuentra en el pabellón "E", al cual se accede por el pasillo izquierdo del hospital. Concurrir de lunes a sábados de 8 a 11 hs, en ayunas, pero ayuno de grasas, es decir, un mate cocido se puede tomar, no así lácteos ni afines. Atencion: anunciarse como donante de sangre para el Sr. Saccoccia y llevar D.N.I. Informamos el teléfono del hospital: 4127-0200/ 0300
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