domingo, 17 de agosto de 2014

PARA. MONI, hermana del alma...

Arrancá las horas del calendario, sonriente y plena. Es domingo y ya estás amasando nuevos años, nueva década.
Qué difícil es mirar al tiempo sin esquivarle la cara. Pero siempre tenemos otra mejilla para recibir muchos besos. Siempre hay alguna amiga, yo en este caso, dispuesta a desparramar festejos, brindis y abrazos para que surja de ahí el secreto del vuelo de los pájaros. Pero resulta que ya sabés volar y estás en pleno vuelo.
El tiempo es mucho más que el tiempo, Moni. El tiempo es eso que vamos construyendo. Y acá estás, rodeada de hija y nietas, escoltadas por amigos y hermanas del alma. El tiempo nos muestra de dónde venimos, a dónde vamos y también a dónde hemos llegado.
A esta altura de la vida, es un lujo estúpido hacer un balance de lo que nos falta. Es mejor, imprescindible, inventariar lo que tenemos. Y vos sos una maestra de eso. Tu “haber” rebalsa de amores y risas. Y el “debe” se ha ido diluyendo con tus logros.   
Te admiro, Moni.
Privilegiada me siento de haber caminado a tu lado un poco más de la mitad de tu vida. Hemos compartido desde grandes alegrías a grandes tristezas. Desde grandes festejos a grandes dolores. Hemos estudiado juntas, hemos vivido juntas, hemos trabajado juntas. Hemos tenido a nuestros hijos en el mismo tiempo, nos hemos acompañado… Hemos peleado y nos hemos alejado. Y nos hemos reencontrado en la maravilla del amor inalterable. Has sido amiga de mi hermana y te has hermanado con mis amigas… Sos un sostén en mi camino. Y anhelo ser el puntal que necesites en el tuyo. Envejecer juntas y seguir riendo a carcajadas por pavadas, empachadas de recuerdos. Eso quiero.
Donde vos estás sucede la risa. Y la ternura.
Te quiero. Tanto.
¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! ¡¡¡FELIZ DÉCADA!!! ¡¡¡FELIZ VIDA!!!




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