Tendríamos que generar alguna ceremonia colectiva para estas alegrías del regreso de nuestros nietos. Nuestros. Sí. De cada uno de nosotros, que nos alegramos tanto, es esa nieta que hoy regresa a su verdad. Y los 116 anteriores.
Cada uno de ellos lleva nuestra historia, nuestra tragedia y nuestra alegría.
Tendríamos que celebrarlo juntos abrazándonos. Tendríamos que inaugurar una fiesta nacional y popular cuando regresan. Y vernos las caras, y llorar juntos, y reir juntos y abrazarnos y gritarle a los genocidas hijos de... que no pudieron. Que no podrán. Que nuestras Madres y Abuelas los han vencido. Que regresa la vida por sobre la muerte que nos impusieron.
Tenemos que juntarnos. Y celebrar.
lunes, 31 de agosto de 2015
domingo, 30 de agosto de 2015
50 eleonoras funciones
Hoy cumplimos 50 funciones.
Con penas y glorias...
50 veces Eleonora. 50 veces su corazón latiendo en el mío o el mío latiendo en el suyo, que no es lo mismo pero es igual.
50 veces Ella y yo despidiéndonos de Sarah desde el desgarro de un destrato que se parece a un fracaso. 50 eleonoras pieles me han vestido. 50 eleonoras risas me han iluminado. 50 toneles de eleonoras lágrimas me han bañado.
50. Cincuenta. Sin cuenta.
Eleonora ya está en mi adn teatral para siempre.
Le he prestado mis emociones para vivir las de ella desde los inmemoriales tiempos del Teatro. Su cuna y su féretro. Mi espacio de libertad.
Con penas y glorias...
50 veces Eleonora. 50 veces su corazón latiendo en el mío o el mío latiendo en el suyo, que no es lo mismo pero es igual.
50 veces Ella y yo despidiéndonos de Sarah desde el desgarro de un destrato que se parece a un fracaso. 50 eleonoras pieles me han vestido. 50 eleonoras risas me han iluminado. 50 toneles de eleonoras lágrimas me han bañado.
50. Cincuenta. Sin cuenta.
Eleonora ya está en mi adn teatral para siempre.
Le he prestado mis emociones para vivir las de ella desde los inmemoriales tiempos del Teatro. Su cuna y su féretro. Mi espacio de libertad.
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jueves, 27 de agosto de 2015
Delia. Crónica de un abrazo.
27 de agosto. Amanezco... Y no es poco.
¿Es una casualidad? Vaya uno a saber.
Pero lo primero que me encuentro en este 27 de agosto es el anuncio oficial de la Edición de mi libro. De mi Homenaje. De mi eterno Homenaje. De mi Homenaje eterno.
"Scripta manent..." Lo escrito permanece.
Y lo que permanece es inmortal.
En agosto de 2014 decidí voluntariamente, y con esfuerzo, dejar de escribir sobre el dolor que me constituía desde la muerte de mi hermana. Y fue en ese mismo momento en que empezó a gestarse este libro que ya está en imprenta.
En este año me cosí un traje de Delia. Lo hilvané con palabras, lo sorfilé con lágrimas, lo pespunteé con nostalgia y me lo estreno con sonrisas.
Ojalá cada uno de ustedes me acompañe en esta apasionante aventura de soltar un libro a la vida. A la vida, sí. "Que se jodan la muerte, el silencio y la nada".
Gracias hermana por haber sido, por ser y por seguir siendo.
Hasta la Victoria, siempre.
Gracias eternas y especiales a Olga Cosentino y a Ture Salvatore.
Hermoso trabajo de diseño de Fernando Belvedere, el Director de Arte de la Editorial... Agradecimiento también para él.
TEXTO DE LA EDITORIAL:
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO un libro de STELLA MATUTE.
Dos hermanas en una historia conmovedora. El dolor y la ausencia, el amor, el compromiso social y la alegría, la aventura y la poesía, en un libro imprescindible.
Muy pronto.
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO. Publica: Ediciones Lamás Médula / Grupo Editorial Sur
Dijo Olga Cosentino (fragmento del Prólogo):
"Este libro registra e invita a asomarse a una de esas luminosas veces en que lo fraterno se realiza en la íntima, delicada y ardiente singularidad de la primera y la segunda persona. En estas páginas se manifiesta, en toda su vitalidad, la tierna y fuerte relación que unió a Delia y Stella desde que la primera, a sus casi diez años, recibió a su recién nacida hermanita. Aquí se atisban las mutuas identificaciones, las ocasionales disidencias, la protección, los juegos, los miedos, el consuelo ante las frustraciones y la admiración que recíprocamente se dedicaron y compartieron. Aquí se ven florecer la vocación artística y el compromiso ideológico de cada una. Desde aquí se asiste a la toma de posición de las hermanas frente a la barbarie de la dictadura militar, a la “inconsciente sensación de exilio” que confiesa Stella haber experimentado cuando dejó junto a su madre la Mendoza natal para venir a Buenos Aires, en busca del refugio afectivo que ofrecía la hermana mayor en aquellos tiempos de plomo. Y sobre todo, este libro da cuenta del más desgarrador exilio que le tocó vivir a Stella cuando la muerte de Delia la arrojó en un desamparo fraterno donde, sin embargo y a pesar de tanto, empezó a construir el dique fecundo de su poesía".
¿Es una casualidad? Vaya uno a saber.
Pero lo primero que me encuentro en este 27 de agosto es el anuncio oficial de la Edición de mi libro. De mi Homenaje. De mi eterno Homenaje. De mi Homenaje eterno.
"Scripta manent..." Lo escrito permanece.
Y lo que permanece es inmortal.
En agosto de 2014 decidí voluntariamente, y con esfuerzo, dejar de escribir sobre el dolor que me constituía desde la muerte de mi hermana. Y fue en ese mismo momento en que empezó a gestarse este libro que ya está en imprenta.
En este año me cosí un traje de Delia. Lo hilvané con palabras, lo sorfilé con lágrimas, lo pespunteé con nostalgia y me lo estreno con sonrisas.
Ojalá cada uno de ustedes me acompañe en esta apasionante aventura de soltar un libro a la vida. A la vida, sí. "Que se jodan la muerte, el silencio y la nada".
Gracias hermana por haber sido, por ser y por seguir siendo.
Hasta la Victoria, siempre.
Gracias eternas y especiales a Olga Cosentino y a Ture Salvatore.
Hermoso trabajo de diseño de Fernando Belvedere, el Director de Arte de la Editorial... Agradecimiento también para él.
TEXTO DE LA EDITORIAL:
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO un libro de STELLA MATUTE.
Dos hermanas en una historia conmovedora. El dolor y la ausencia, el amor, el compromiso social y la alegría, la aventura y la poesía, en un libro imprescindible.
Muy pronto.
DELIA, CRÓNICA DE UN ABRAZO. Publica: Ediciones Lamás Médula / Grupo Editorial Sur
Dijo Olga Cosentino (fragmento del Prólogo):
"Este libro registra e invita a asomarse a una de esas luminosas veces en que lo fraterno se realiza en la íntima, delicada y ardiente singularidad de la primera y la segunda persona. En estas páginas se manifiesta, en toda su vitalidad, la tierna y fuerte relación que unió a Delia y Stella desde que la primera, a sus casi diez años, recibió a su recién nacida hermanita. Aquí se atisban las mutuas identificaciones, las ocasionales disidencias, la protección, los juegos, los miedos, el consuelo ante las frustraciones y la admiración que recíprocamente se dedicaron y compartieron. Aquí se ven florecer la vocación artística y el compromiso ideológico de cada una. Desde aquí se asiste a la toma de posición de las hermanas frente a la barbarie de la dictadura militar, a la “inconsciente sensación de exilio” que confiesa Stella haber experimentado cuando dejó junto a su madre la Mendoza natal para venir a Buenos Aires, en busca del refugio afectivo que ofrecía la hermana mayor en aquellos tiempos de plomo. Y sobre todo, este libro da cuenta del más desgarrador exilio que le tocó vivir a Stella cuando la muerte de Delia la arrojó en un desamparo fraterno donde, sin embargo y a pesar de tanto, empezó a construir el dique fecundo de su poesía".
Agosto es agosto desde antes
Ando revisando, revolviendo y husmeando en el pasado en busca de materiales para mi crónica de un abrazo y me he encontrado con variados materiales.
Entre ellos este texto escrito el día que cumplí 20 años.
Casi me caigo de culo. Sobre todo porque el 26 de agosto es el aniversario de la muerte de Tobías.
Sí... tenía razón aquel día. Iba a morir un 26 de agosto. Una parte mía se fue con ese bebé pequeño, inmenso y luchador.
Entre ellos este texto escrito el día que cumplí 20 años.
Casi me caigo de culo. Sobre todo porque el 26 de agosto es el aniversario de la muerte de Tobías.
Sí... tenía razón aquel día. Iba a morir un 26 de agosto. Una parte mía se fue con ese bebé pequeño, inmenso y luchador.
martes, 4 de agosto de 2015
AGOSTO
Tengo mil agostos clavados en el ánima. Mil agostos que de tan sustantivos no hay adjetivo que resista. Mil agostos milenarios de tan miles.
Vino primero un veinticuatro que aguijoneó con la pronta finitud de mi padre en un diagnóstico terminal que heló la mendocina helada.
Luego hubo un nueve que me subió a un tren con destino a rascacielos aplastando la nariz en la ventanilla desde donde fueron perdiéndose los amigos con las manos en alto.
Un zarpazo de garra sobre el vientre rompió una bolsa vital un dieciocho naciendo al mundo al más pequeñito de todos los titanes que no pudo con tanto aliento y se fue despacito un veintiséis dejando rota la ternura y rebalsada leche amarga en inútiles pezones. Un llanto todo sobrevino aquel agosto de lunas rotas.
Pero más tarde y tan temprano llegó ese cinco alevoso y traicionero de flujos errados sin destino. Un cinco que dejó sin lágrimas al tiempo fuera del tiempo hasta el trece más trece de los trece. Entre ese cinco y ese trece la vida se volvió un para siempre sin hermana.
Tristes efemérides de agosto.
Un enero primal y adelantado me asaltó con premonición endemoniada. “Moriré en agosto” redacté en el diario adolescente. Y fue cierto. Todas mis muertes han sido en el octavo mes.
Será, tal vez, que representa al infinito.
Vino primero un veinticuatro que aguijoneó con la pronta finitud de mi padre en un diagnóstico terminal que heló la mendocina helada.
Luego hubo un nueve que me subió a un tren con destino a rascacielos aplastando la nariz en la ventanilla desde donde fueron perdiéndose los amigos con las manos en alto.
Un zarpazo de garra sobre el vientre rompió una bolsa vital un dieciocho naciendo al mundo al más pequeñito de todos los titanes que no pudo con tanto aliento y se fue despacito un veintiséis dejando rota la ternura y rebalsada leche amarga en inútiles pezones. Un llanto todo sobrevino aquel agosto de lunas rotas.
Pero más tarde y tan temprano llegó ese cinco alevoso y traicionero de flujos errados sin destino. Un cinco que dejó sin lágrimas al tiempo fuera del tiempo hasta el trece más trece de los trece. Entre ese cinco y ese trece la vida se volvió un para siempre sin hermana.
Tristes efemérides de agosto.
Un enero primal y adelantado me asaltó con premonición endemoniada. “Moriré en agosto” redacté en el diario adolescente. Y fue cierto. Todas mis muertes han sido en el octavo mes.
Será, tal vez, que representa al infinito.
5-8-2015
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