Tendríamos que generar alguna ceremonia colectiva para estas alegrías del regreso de nuestros nietos. Nuestros. Sí. De cada uno de nosotros, que nos alegramos tanto, es esa nieta que hoy regresa a su verdad. Y los 116 anteriores.
Cada uno de ellos lleva nuestra historia, nuestra tragedia y nuestra alegría.
Tendríamos que celebrarlo juntos abrazándonos. Tendríamos que inaugurar una fiesta nacional y popular cuando regresan. Y vernos las caras, y llorar juntos, y reir juntos y abrazarnos y gritarle a los genocidas hijos de... que no pudieron. Que no podrán. Que nuestras Madres y Abuelas los han vencido. Que regresa la vida por sobre la muerte que nos impusieron.
Tenemos que juntarnos. Y celebrar.
lunes, 31 de agosto de 2015
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