Llegará el momento de hacer el viaje.
Y lo haremos con documentos papeles,
llevaremos nuestra identidad a cuestas
aunque nos pese, aunque nos duela.
Le prepararemos sorpresas,
le daremos otra dimensión,
quizás otro tiempo.
Los pequeños viajes que practicamos
desde hace más de veinte años
los dejaremos dentro de un armario
en nuestras casas.
Allí, entre nuestras ropas
dormirán
los deseos satisfechos,
el aletargamiento del músculo,
el párpado del sueño
y la mejilla, y la oreja, y la mueca
que están acostumbrados a mentir,
allí esperarán nuestro regreso.
Quizás a la vuelta, no los usemos,
nos quede todo chico, todo extraño.
Será lo mejor del viaje.
Tener que proveernos de nuevos elementos.
(Yo. 1982)... ... ... ... ... ...
miércoles, 4 de mayo de 2016
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