lunes, 29 de abril de 2013

El Arte, el Dolor y la Locura...

“Ayer, luego de los episodios del Borda, se me dio por subir a mi muro un poema de don Jacobo Fijman, que vivió y murió en el neuropsiquiátrico. Hoy me encuentro con la grata sorpresa que más de 300 amigos lo reprodujeron en el suyo... Leyendo algunos de los muchos comentarios que se hicieron al respecto, noto que no son pocos los que hablaron del desdichado Fijman como del "poeta de la locura". Me gustaría hacer una aclaración: Fijman, lo mismo que Artaud, Van Gogh y tantos otros, no fue "un artista de", sino más bien "a pesar de". Es decir, fue un creador devorado por la locura (si es que se puede decir así) y de ninguna manera un enfermo mental que se volvió artista. Eso jamás sucede. En tal sentido, las cartas de Van Gogh a su hermano Theo son bien elocuentes: sus días en Arlés no fueron más que un vertiginoso intento por huir de la enfermedad a través, precisamente, del arte. Del arte liberador. Del arte que, si no cura, al menos consuela... Nuestra idea romántica del loco que escribe genialidades se da de bruces con la realidad: invariablemente, se trata de genios que escriben o pintan hasta que llega la fiebre y los atenaza”. 
(Miguel Ángel Morelli)


"Del arte liberador. Del arte que, si no cura, al menos consuela..." Pocas palabras han expresado tan bien, tan clara y profundamente, lo que he sentido en los últimos meses... No es mi intención, en absoluto, compararme con genios como Vincent o Fijman... Pero desde la repentina muerte de mi hermana, hermana mía, pocas cosas me han acercado un poquito de consuelo como ensayar, subirme al escenario y escribir escribir, escribir...
Y encontré en estas palabras que cito la síntesis de ese sentimiento. Es el Arte (y no estoy haciendo una calificación de mi laburo) lo que me aleja un poco de la soledad enloquecedora del dolor... 
Me doy cuenta de que es por eso que en los ocho meses, eternos y efímeros,  más dolorosos de mi vida he sentido la obligación de ensayar, de estrenar, de escribir, de prestar piel, alma y sentimientos... y exorcizar, exorcizar, exorcizar. Y compartir.  

1 comentario:

Jorge Curinao dijo...

Demencia: el camino más alto y más desierto.