Recuerdo muy claramente las miradas perdidas de mi madre y
de mi padre hablando del odio gorila. Incomprensible odio.
Mi madre no era
peronista y sin embargo contaba con estupor y piel de gallina sobre las cosas
que le deseaban a Perón y a Evita. Sobre todo a esta última cuando enfermó...
Después de aquello vinieron el bombardeo, los fusilamientos, la proscripción,
las dictaduras, los desaparecidos, las torturas, el robo de niños, los crímenes
atroces, la globalización, el hambre, el país en quiebra...
Con estupor y piel de gallina he leído en estos días sobre la
destilación y el perfeccionamiento del odio... Asisto atónita a un tiempo de
odio como si nada hubiera existido antes. Como si nada existiera. Como si nada
se estuviera poniendo en juego...
Me pregunto sobre la condición humana cuando leo algunas
cosas.
Me pregunto sobre el futuro.
Me pregunto sobre el miedo y el horror.
Me pregunto sobre la memoria.
Me pregunto sobre ignorancias y aprendizajes.
Me pregunto...
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