martes, 2 de junio de 2020
SALUDO AL SOL
“Presten especial atención al momento antes de inspirar y al momento previo a exhalar”, indicó la profe de yoga desde el zoom que nos agiganta la realidad de estos días. Ese momento es la nada y el todo, pensé yo mientras iniciaba un saludo al sol sobre mi mat en mi minúsculo comedor.
Hace un par de horas -un par de instante un par de siglos- el insomnio me llevó a la ventana bajo la que se despliega el mar de cemento. Envuelta en una frazada y muerta de frío, buscando recuerdos en la oscuridad del horizonte ciudadano, me sucedió el momento previo a la luz del día. El instante antes a la salida del sol. El momento antes de la salida del sol no es ni oscuridad ni luz. Es la nada y el todo. Y mientras, cada día desde que nacemos hasta que morimos, a esa hora exactamente respiramos y dormimos...
Volví a la cama y perdida en esas luces que iban convirtiendo la noche en el día, me fui quedando dormida.
Hay veces -pocas- que el insomnio de aislamiento puede convertirse en poesía.
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